La acusada de matar a dos ancianas se ha declarado inocente en el juicio que ha comenzado este martes en la Audiencia Provincial de Madrid
Este martes ha comenzado en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio contra Beatriz L.D, la auxiliar de enfermería del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares acusada de haber matado a dos ancianas inyectándoles aire con una jeringuilla.
Durante la primera sesión se ha declarado inocente y ha negado ante el jurado popular su implicación, asegurando que «nunca sería capaz de quitarle la vida a nadie, ni aunque padeciera por su dolor».
«Me he dejado la piel para cuidar a los ancianos del hospital y que me acusen de que soy una asesina es horrible. Tengo una hija de 10 años, un abuelo de 90, una madre y un hermano. Me han roto la vida», ha manifestado la acusada.
El fiscal solicita para ella 40 años de cárcel por la muerte de dos ancianas en 2015 y 2017, y una de las acusaciones, la asociación El Defensor del Paciente, pide prisión permanente revisable y calcula que podría haber hasta siete víctimas, aunque no existen pruebas fidedignas que lo apoyen. Otra de las acusaciones ha asegurado que con sus actos pretendía vengarse de un médico de su planta.
Beatriz, por su parte, ha sostenido entre lágrimas que ni conocía a las víctimas ni tenía «motivo alguno» para matarlas. También ha dicho que una auxiliar «no usa jeringuillas», aunque la Policía encontró varias en su casa, pero ha defendido que «eran para darle el jarabe a mi hija y para curarme un pie. No son las que se usan en las venas».
Los miembros del tribunal deberán determinar su veredicto en base a las pruebas que se expongan contra ella (grabaciones, informes forenses, testimonios de sus compañeros…) mientras que la defensa ha solicitado la libre absolución de su clienta, informan Efe y Europa Press.
Los hechos según el relato del fiscal
La Fiscalía explica que la acusada prestó desde 2004 sus servicios como auxiliar de clínica en el hospital público de Alcalá de Henares hasta que fue detenida y enviada a prisión provisional en agosto de 2017. Añade que sus funciones eran el cuidado y atención de los pacientes ingresados en las habitaciones asignadas al control de enfermería de la planta quinta dedicada al servicio de medicina interna.
El fiscal relata que a primeras horas del 29 de julio de 2015 entró en la habitación 532-2, ocupada por la paciente L.M.S., de 92 años, cuya alta hospitalaria estaba prevista para el día siguiente.
«Con ánimo de causar su muerte de forma inmediata, y aprovechando que en esos momentos no se encontraba acompañada por ningún familiar, le inyectó con una jeringuilla gran cantidad de aire en el sistema circulatorio a través de la vía que tenía colocada en el brazo», agrega.
Detalla que como consecuencia de ello la paciente entró en parada cardiorrespiratoria y falleció a las 9.40 horas de ese mismo día a causa de una embolia gaseosa pulmonar masiva, pese a las maniobras de reanimación que le fueron practicadas por los sanitarios. La fallecida dejó dos hijos, uno de ellos con una minusvalía del 86 por ciento.
La Fiscalía señala que pasadas las 15.30 horas del 2 de agosto de 2017 la acusada, «guiada por el mismo ánimo de ocasionar la muerte», entró en dos ocasiones en la habitación 528 ocupada por la enferma C.D.F., de 86 años, y otra paciente de avanzada edad y en estado semicomatoso.
Concluye que la acusada inyectó a C.D.F., a través de la vía y con una jeringuilla, gran cantidad de aire, lo que provocó que sufriera un parada cardiorrespiratoria motivada por una embolia gaseosa masiva que provocó su fallecimiento a las 16 horas de ese día pese a las maniobras de reanimación que le fueron practicadas por los médicos. Esta fallecida dejó dos hermanos mayores.