La mujer sin pensión después de haber trabajado durante 30 años como portera
La Comunidad de Madrid va a ponerse en contacto con la familia de Carmen, enferma de Alzheimer, y que no puede optar a una pensión de jubilación por haber trabajado como portera durante 30 años sin estar dada de alta en la Seguridad Social. La intención es informarle de las ayudas que puede solicitar, ya sea la Renta Mínima de Inserción (RMI) o ayudas a la Dependencia.
La Consejería de Políticas Sociales y Familia ha señalado que estas son las dos opciones más factibles para que esta mujer pueda disponer de ayudas, ya sea por su situación económica o a causa de la enfermedad que padece.
Su hija denunció en la plataforma Change.org que su madre no puede cobrar una pensión de jubilación a través de la Seguridad Social dado que la administración de la finca en la que trabajaba no le dio de alta su contrato.
En su escrito, relata la situación de su madre que, en el año 1986 y tras el fallecimiento de su padre, comenzó a trabajar en una portería de un edificio situado en la calle Ferraz de Madrid con un «salario indigno» para poder residir en un sótano de la vivienda.
«Después de 30 años continuados trabajando como portera, honrada, formal, dedicada, dispuesta, cumplidora y cariñosa, en el que se ha ganado el respeto y la admiración de todos los que la conocemos, ha llegado el momento de su jubilación, y resulta que no puede jubilarse. La comunidad, esa que durante años le ha regalado sonrisas y aparente aprecio, nunca había dado de alta en la seguridad social a mi madre», expone la solicitud.
Su hija explica que la afectada sufre Alzheimer y no tiene pensión, unido a que la familia no dispone de recursos suficientes para proporcionar los cuidados adecuados para afrontar su situación.
Además, dice que ha acudido a la justicia para reclamar su caso, pero lamenta «el retraso infinito en los plazos y la falta de entendimiento por parte de las personas en cuyas manos cae esta situación, que se van pasando el caso como si fuera una brasa en sus manos».
«Entretanto, pasa el tiempo y ni mi madre, ni nosotros disponemos de los medios suficientes para costear la asistencia que necesita hoy en día», concluye en su escrito, que acumula ya más de 17.000 firmas.