El detenido residía con sus padres en la misma finca, donde los tres pasaban largas temporadas
La Guardia Civil ha detenido finalmente al hijo del matrimonio madrileño hallado muerto con signos de violencia el lunes en Brihuega (Guadalajara) como presunto autor de los hechos, han confirmado a MiraCorredor fuentes policiales.
Se trata de un hombre con problemas mentales. Fue él quien avisó a un vecino de la muerte de sus padres, de unos 70 años, y este vecino llamó a los servicios de emergencias que encontraron los cuerpos en la vivienda.
El detenido ya ha pasado a disposición judicial tras ser interrogado ayer por la tarde en la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara y será el juez el que determine si ingresa en prisión provisional.
En el día de ayer algunos medios informaron de su detención, pero tanto la Guardia Civil como la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara desmintieron a este medio que hubiera sido detenido. Ha sido hoy cuando se ha confirmado su arresto.
Tras el hallazgo de los cadáveres, el hombre fue trasladado al área de Psiquiatría del Hospital de Guadalajara donde quedó ingresado. Los hechos ocurrieron en un domicilio de la calle Cronista Antonio Pareja Serrada de la localidad.
El juzgado que lleva el caso mantiene el secreto de sumario y el Ayuntamiento de Brihuega ha decretado dos días de luto oficial en el municipio, con las banderas de todos los edificios municipales ondeando a media asta.
«Escuché una movida y vi a un señor que se iba corriendo»
Por otro lado, el periódico La Razón publica hoy que el hijo del matrimonio habría simulado un robo en la vivienda de Brihuega para ocultar el doble crimen. Según dijo a los investigadores, escuchó «una movida» y vio «a un señor que se iba corriendo».
Cuando los agentes llegaron al lugar, encontraron los cuerpos del matrimonio, uno encima del otro, cosidos a puñaladas, aunque al parecer no localizaron el arma homicida, según el citado diario. El escenario parecía el de un robo simulado.
El matrimonio pasaba largas temporadas en esta finca de Brihuega, donde residían los tres, aunque el hijo vivía en una casa secundaria, situada en la parte de atrás de la de sus padres, donde dijo que se encontraba cuando ocurrieron los hechos.
Ahora, un forense tendrá que determinar el grado de esquizofrenia de esta persona para saber si, en el momento en el que, según creen los responsables de la investigación, cometió el crimen, era capaz de distinguir el bien del mal o, por el contrario, estaba en pleno brote.