El trabajo de los investigadores se centra ahora en una técnica para recuperar las huellas dactilares del difunto
La Policía Nacional continúa investigando la muerte de un hombre de entre 50 y 60 años cuyo cadáver apareció el pasado martes en el hueco del ascensor 54 del Hospital La Paz de Madrid, aunque llevaba muerto desde el 2 de julio, según reveló la autopsia.
Los investigadores han revisado las grabaciones de las cámaras del centro de ese día 2 y han comprobado que captaron el momento en que un hombre accede desde la calle, a altas horas de la madrugada, al edificio general. Responde a las características del fallecido, y llevaba la misma ropa que el cadáver.
En las imágenes se ve al hombre vagando solo por una de las plantas altas sin rumbo aparente hasta que desaparece, tras abrir una de las puertas del ascensor 54, según informa La Razón.
El mismo diario apunta a que la Policía ha impreso la imagen del hombre y se la han enseñado a los pacientes de las plantas superiores y a los del resto de habitaciones, por si fuese un familiar o un amigo, sin resultado positivo.
Tampoco pertenece al personal del hospital, ni a la empresa de mantenimiento, ni hubo aviso aquella madrugada de mal funcionamiento que motivase que un técnico tuviese que acudir a reparar nada.
Los agentes también han preguntado en restaurantes cercanos, puestos de periódicos, personal de seguridad…, pero nadie lo reconoce.
Más allá de las grabaciones, la Policía Científica está tratando de poner nombre y apellido al cadáver y para conseguirlo se han introducido los dedos del difunto en alcohol durante 24 horas para frenar la descomposición. Después se han sumergido en una solución compuesta de amoníaco y agua que con el paso de los días se va equilibrando hasta que el porcentaje sea de 50% de ambos líquidos. Entonces se saca la extremidad, se seca, se entinta y se le toma la huella al fallecido.
Los agentes de la Científica están en el final del proceso de reseña necro-dactilar. Una vez logrado, las huellas se introducirán en el SAID (Sistema Automático de Identificación Dactilar) y en la base de cadáveres anónimos y personas desaparecidas. La base del SAID sólo acumula los datos de los detenidos y la otra, la de personas ausentes cuya reseña se coge del registro del DNI. Sin embargo, ninguna está conectada con la base del Documento Nacional de Identidad, todo dependerá de si el muerto fue detenido en el pasado o por alguna razón tuvieron que tomársele las huellas, apunta La Razón.
El cadáver llevaba 8 días en el hueco del ascensor y fue encontrado por el olor que desprendía, tras la quejas de personal del hospital y de los propios pacientes. Al revisar el elevador, los técnicos de mantenimiento hallaron el cuerpo en el foso, se encontraba en avanzado estado de descomposición, desfigurado, sin documentación, con lesiones compatibles con una fuerte caída y junto a una llave maestra que permite abrir los ascensores.
Sin embargo, el hecho de que llevara la llave maestra no es considerado relevante por los investigadores dada la facilidad para conseguirla.
La hipótesis principal que se barajó en un principio fue el accidente laboral, pero en los últimos días y a tenor de las últimas pesquisas ha ido cobrando fuerza la idea del suicidio, sin descartar ninguna otra línea de investigación.
Aún así, todavía sigue siendo un misterio quién es el fallecido, y por qué nadie lo ha echado en falta después de tanto tiempo. Para la Policía, lo prioritario ahora es identificar plenamente el cadáver, lo que aportará datos relevantes que puedan avanzar hacia el esclarecimiento de un suceso que ha conmocionado a toda España llegando incluso a ocupar páginas en periódicos internacionales.