Los menores fueron trasladados de vuelta a su centro, donde se encuentran bien, y ya están yendo al colegio
Los padres que tuvieron secuestrados durante tres semanas a sus tres hijos, que vivían en un centro tutelado por la Comunidad de Madrid, han sido puestos en libertad con una orden de alejamiento de 500 metros de los niños y la prohibición de comunicarse con ellos.
La pareja está siendo investigada por un presunto delito de sustracción de menores, dado que los niños se encontraban bajo la tutela del Gobierno regional, ha informado este viernes el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La Policía Nacional y la Policía Municipal de Madrid detuvieron a los progenitores esta semana en su domicilio del distrito madrileño de Carabanchel, donde tenían retenidos a sus propios hijos de 9, 4 y 2 años desde que los sustrajeron del centro de tutela tras una visita.
Los servicios sociales avisaron de la desaparición y el centro de tutela interpuso una denuncia. Tras realizar las pesquisas correspondientes, la Policía Nacional y Municipal, en una operación conjunta, se personaron en el domicilio de la pareja, en la calle Antonio Antoranz, y tiraron la puerta abajo con un ariete.
El padre arrojó un líquido a la cara de los policías y ambos agredieron a los agentes y prendieron fuego a unos colchones, sillas y otros objetos inflamables que habían apilado en la puerta a modo de barricada.
Una vez dentro, los menores fueron localizados en la habitación más alejada de la puerta, ocultos dentro de un armario empotrado. Recibieron atención del SAMUR y fueron trasladados de vuelta a su centro, donde se encuentran bien, y ya están yendo al colegio. Los padres también se enfrentan a los delitos de atentado e incendio provocado.