La iniciativa actualmente en vigor fue adoptada por la imposibilidad de funcionar de las empresas de catering habituales ante el estado de alarma
La Comunidad de Madrid pondrá en marcha una alternativa a los menús escolares para los alumnos con beca de comedor cuyas familias son perceptoras de la Renta Mínima de Inserción (RMI). Esta medida se implantará el próximo 18 de mayo, cuando finaliza el acuerdo con las empresas que han prestado este servicio hasta ahora.
El Gobierno regional informa de que ha adoptado esta decisión porque, cuando el pasado 18 de marzo se introdujo este sistema -gracias a la colaboración de Viena Capellanes, Rodilla y Telepizza- «las empresas de catering habituales de los centros educativos no podían funcionar por la declaración del estado de alarma».
Los menús que se han ofrecido a los menores durante este tiempo han sido supervisados por los departamentos de nutrición de las empresas, «pensando en una dieta equilibrada y variada, teniendo en cuenta factores como la ingesta de calorías, fibra, vitaminas aportadas y minerales necesarios. Por ello, se incluyeron ensaladas, pasta, yogures y fruta, y se ofrecía también la posibilidad de alternar en las comidas legumbres, arroz, verduras y pescado», señalan fuentes del Ejecutivo.
«De hecho, gracias a este sistema, entre las tres empresas que han contribuido a esta iniciativa, se han distribuido más de 130.000 menús a alumnos procedentes de familias desfavorecidas de la región que perciben la Renta Mínima de Inserción», agregan las mismas fuentes.
El consejero de Educación y Juventud, Enrique Ossorio, ha mostrado su agradecimiento a Viena Capellanes, Rodilla y Telepizza «por su sensibilidad y compromiso en tiempos de adversidad», y ha recordado que «se mostraron dispuestas a poner en marcha este programa cuando nadie se ofreció a hacerlo, en un tiempo record, y demostrando y garantizando la distribución a todos los municipios donde se debían llevar los menús».
Este asunto ha generado controversia política en las últimas semanas en la región. El último encontronazo tuvo lugar ayer en Twitter entre Pablo Iglesias e Isabel Díaz Ayuso. El vicepresidente segundo del Gobierno celebró que la Comunidad de Madrid haya «decidido dejar de dar menús de comida rápida a los niños más vulnerables» durante la cuarentena.
La presidenta madrileña le contestó: «Señor vicepresidente: una vez que las empresas de catering puedan trabajar con normalidad, volveremos a los menús ordinarios. No obstante, las empresas que han colaborado con nosotros, sin su ayuda, no soportaban las calumnias y ataques recibidos por políticos de su ideología», escribió Ayuso en la misma red social.
Señor vicepresidente: una vez que las empresas de cátering pueden trabajar con normalidad, volveremos a los menús ordinarios.
No obstante, las empresas que han colaborado con nosotros, sin su ayuda, no soportaban las calumnias y ataques recibidos por políticos de su ideología. https://t.co/wz6dxQ8lSo
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) May 6, 2020
Por su parte, el grupo Telepizza ha asegurado este jueves que ha perdido dinero con la iniciativa y que participó por «responsabilidad». La cadena de pizzerías ha revelado que entregó comida a un 24% de los menores que tenían derecho a ello (2.800 sobre un colectivo formado por 11.500 niños), y ha incidido en que los 5 euros que recibía por menú no cubrían los costes asociados al operativo montado para repartirlos a través de 98 de sus tiendas.
Por otro lado, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital se han unido para suministrar comidas a 1.000 familias desfavorecidas de los distritos de Latina, Moncloa y Usera, así como a mujeres de la Fundación Madrina, que ofrece ayuda integral a mujeres embarazadas. Esta iniciativa se puede llevar a cabo gracias a la desinteresada labor de los voluntarios y miembros de la Asociación Española de Antiguos Alumnos de Escuelas de Hostelería y Turismo.
Para su preparación, el Gobierno regional ha puesto a su disposición las instalaciones de la Escuela Superior de Hostelería de Madrid, mientras que el Ayuntamiento de la capital aporta la materia prima para elaborar las comidas, a través de los distritos de Latina y Moncloa. La propia Escuela de Hostelería también proporciona productos, además de las múltiples donaciones voluntarias de empresas particulares que desde hace días ya colaboran con esta iniciativa.