El Gobierno de Cifuentes no ve grandes cambios con respecto al proyecto original
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha rechazado por segunda vez el proyecto de la empresa Cordish para construir un macrocomplejo hotelero y de ocio en la localidad de Torres de la Alameda al alegar, entre otras cuestiones, que «no presenta un impacto relevante en el desarrollo de la región» y que no es un desarrollo «multisectorial», sino que solo apuesta por el juego, y todo lo que se pretende hacer gira en torno a ese sector.
Según ha explicado la consejera de Economía y Hacienda, Engracia Hidalgo, este viernes 21 de julio por la tarde en rueda de prensa, «no tiene la relevancia desde el punto de vista económico, de ocio y cultural, y no tiene el suficiente impacto».
El pasado mes de marzo, el Gobierno madrileño anunció por primera vez su negativa a tramitar el proyecto de Cordish como un Centro Integrado de Desarrollo (CID) al no ver acreditada su viabilidad económica.
Ahora, el Ejecutivo de Cristina Cifuentes entiende que no hay grandes cambios con respeto al proyecto original y que se trata de una inversión basada fundamentalmente en el juego, ya que, según Hidalgo, «el 90 por ciento de los ingresos previstos están relacionados con el juego, el hotel y el consumo de alimentación y bebidas de los visitantes al casino». Un segmento, ha dicho, que ya está cubierto por otros operadores en la Comunidad de Madrid.
Además, el Gobierno regional cree que podría conllevar altas cargas para la Administración, sobre todo en materia de infraestructuras y transportes, al no comprometerse la compañía a asumir en este sentido una mayor inversión.
Por otro lado, cree que las cifras de visitantes y las previsiones de ingresos y empleo que maneja la empresa están «sobreestimadas», y «no se ofrecen garantías de que el promotor pueda acometer la totalidad de la inversión». Hidalgo ha subrayado que «es la primera vez que Cordish viene a Europa y lo hace multipicando por cuatro su inversión más potente en Estados Unidos».
La pelota vuelve al tejado de los americanos que deberán decidir qué camino tomar. Si volver a presentar otro proyecto con los cambios que exige el Gobierno regional, tirar la toalla o ir por su cuenta, sin la calificación de CID, lo que elevaría los plazos y los costes.
Hay que recordar que la catalogación de CID supone poder construir en cualquier tipo de suelo, salvo no urbanizable sujeto a protección especial, conseguir de una vez todas las licencias que sean competencia de la Comunidad, y en materia fiscal, supone reducir al 10 por ciento la carga aplicada a las actividades de juego, que oscilan ahora entre el 15 y el 40 por ciento.
Una vez comunicada la decisión a la compañía, desde el Ejecutivo autonómico advierten: «Si se repite un proyecto similar, la decisión será la misma. En estas condiciones, el macrocomplejo es inviable».