Estupor en Yebes por la muerte de Pipo
Pipo era un simpático y cariñoso ejemplar macho de yorkshire que hace cuatro años llegó al hogar que Ana y José Alberto habían estrenado en la zona de Valdeluz del municipio de Yebes (Guadalajara).
Pipo salió a dar una vuelta con su dueña aprovechando que esta tenía que comprar una barra de pan en un establecimiento cercano al domicilio. Atado con la correa a una farola, esperaba tranquilamente su salida para regresar a casa cuando, de repente, dos perros de raza «potencialmente peligrosa», sin bozal, se abalanzaron sobre él.
El ataque fue cuestión de segundos. Primero, uno; después, el otro. Ana intentó separarlos pero fue en vano; tuvieron que intervenir varias personas para, con ayuda de un cubo de agua, conseguir que el ejemplar de american staffordshire que se había ensañado con Pipo le soltara.
Ante la gravedad de las heridas, los dueños lo trasladaron a una clínica veterinaria de Guadalajara. De nada sirvió la enterectomía que se le practicó desde el duodeno al ciego y la reparación de la musculatura y pared abdominal que tenía dañadas. Cuatro horas después, Pipo fallecía en la clínica.
La Guardia Civil y el Ayuntamiento investigan los hechos
Tras tener conocimiento de los hechos a través de la denuncia de infracción penal interpuesta ante la Guardia Civil por los dueños de Pipo, el Ayuntamiento de Yebes ha abierto un expediente sancionador por la posible comisión de algunas de las infracciones tipificadas en el ámbito de sus competencias y de acuerdo con la Ley 50/1999 sobre el Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos.
Las personas que quieran ser propietarias de un animal de esta categoría deben solicitar previamente una licencia, para la que se necesita acreditar una serie de requisitos.
El titular de esa autorización está obligado a inscribir al perro en el Registro Municipal y a identificarlo mediante la implantación de un microchip.
La presencia de estos animales en lugares y espacios públicos obliga a que lleven un bozal adaptado a la tipología racial y sean conducidos y controlados con cadena o correa no extensible de menos de dos metros, sin que pueda llevarse más de uno de estos perros por persona.
El alcalde hace un llamamiento a los dueños de perros
En este sentido, la Alcaldía del municipio ha dictado un bando en el que, una vez más, recuerda a los propietarios de estos animales domésticos que están obligados a acatar los preceptos recogidos en las leyes y ordenanzas municipales en relación a la tenencia y observación de comportamientos correctos por parte de los perros.
Ante este desagradable incidente, el alcalde de Yebes, Miguel Cócera, ha hecho un llamamiento a los dueños de perros del municipio para que extremen el cumplimiento de las obligaciones previstas en la normativa vigente.
«Para que la convivencia pacífica que debe imperar entre los propietarios de estas mascotas y el resto de los vecinos no se vea empañada por un hecho tan luctuoso como este, que ha causado un tremendo estupor entre la población», lamenta el alcalde, quien explica que Valdeluz cuenta con dos parques vallados y debidamente acondicionado para perros de razas grandes y pequeñas, donde pueden campar a sus anchas.
Cócera también recuerda que «los dueños son los responsables últimos de las conductas de sus mascotas».
En la actualidad, el Censo Municipal de Animales Domésticos de Yebes cuenta con 187 altas de perros y gatos, de las que 31 corresponden a perros «potencialmente peligrosos».