De Mingo permanecerá ingresada, en calidad de detenida y custodiada por la Guardia Civil, hasta pasar a disposición judicial
La doctora Noelia de Mingo, detenida ayer por apuñalar a dos personas en la localidad madrileña de El Molar, ha ingresado en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, donde fue trasladada por la tarde por sanitarios del SUMMA y agentes de la Guardia Civil, según fuentes sanitarias.
De Mingo permanecerá ingresada, en calidad de detenida y custodiada por la Guardia Civil, hasta pasar a disposición judicial. Su estado de salud físico es bueno, ya que no presentaba ninguna herida tras la doble agresión con arma blanca que protagonizó, pero su estado psiquiátrico está muy alterado, ya que padece esquizofrenia paranoide crónica.
La Guardia Civil y la Policía Local de El Molar detuvieron este lunes a mediodía a Noelia de Mingo, médica que mató a tres personas en la Fundación Jiménez Díaz en 2003, por agredir con un arma blanca a dos mujeres en un supermercado de esta localidad, donde reside la familia de De Mingo y donde estaba al cuidado de su madre, de más 80 años de edad.
Por motivos que se desconocen, la mujer ha apuñalado con un cuchillo de grandes dimensiones a una de las cajeras de la tienda en el hemitórax izquierdo. Posteriormente, se dirigió a la dueña del comercio, que consiguió salir a la calle tras el ataque y se resguardó en una farmacia cercana. Tras la agresión, De Mingo se quedó en la calle con el cuchillo donde se enfrentó a la Policía.
La Audiencia Provincial de Madrid dejó en libertad a De Mingo en octubre de 2017 tras ser condenada en 2006 a 25 años de internamiento psiquiátrico por matar a tres personas y herir a otras siete en el hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Antes de quedar en libertad, ya había tenido permisos de larga duración y salidas del centro, informa Efe.
El tribunal, de acuerdo con los informes de los especialistas, sustituyó el internamiento en un centro psiquiátrico por libertad con tratamiento ambulatorio de su enfermedad y bajo control familiar. La vigilancia le correspondía a la madre, que tiene más de 80 años, y se establecían controles por un médico de Atención Primaria en el centro de salud cada quince días.