El Ayuntamiento de Madrid ha autorizado este jueves el convenio de colaboración para su construcción
La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha autorizado este jueves el convenio de colaboración con el Gobierno central y el Consorcio de Transportes para la construcción del Bus-VAO de entrada y salida de la A-2 en el que el Consistorio invertirá 3,2 millones de euros. Este era uno de los trámites burocráticos que faltaban para poder iniciar las obras.
Con esta iniciativa, se reservará el carril izquierdo de la calzada para los autobuses y Vehículos de Alta Ocupación, lo que permitirá hacer el transporte público más atractivo y competitivo.
La medida, que contribuirá a reducir la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero, es fruto del proceso iniciado el 28 de noviembre de 2017 por las tres administraciones, cuando suscribieron un acuerdo general para colaborar en la puesta en marcha de esta intervención viaria.
El carril enlazará Madrid con Torrejón de Ardoz, desde el kilómetro 23,5 hasta el 4,2 en el sentido entrada y del 6,1 hasta el 14,9 en sentido salida.
Se estima que la inversión total necesaria será de 13 millones de euros que asumen a partes iguales el Ministerio de Fomento, la Dirección General de Tráfico, el Consorcio Regional de Transportes y el Ayuntamiento de Madrid.
La obra comprenderá tres fases, sin que todavía haya fecha de ejecución, a pesar de que en un principio se anunció que el nuevo Bus-VAO estaría listo a modo de prueba para este verano.
El carril se controlará mediante un sistema de Gestión Inteligente de la Carretera (ITS), que permitirá activarlo o desactivarlo en tiempo real.
Tendrá señalización horizontal-vertical, identificación del carril reservado mediante una baliza luminosa, y sistemas ITS: cámaras, aforadores y paneles de señalización variable, cuya operación se integrará con los sistemas ya existentes en la vía.
A diferencia del Bus-Vao de la autovía A-6 (carretera de La Coruña), en este caso no existirá separación física entre este carril y el resto de carriles de la calzada.
Una vez que se ponga en marcha y se haya probado su efectividad, se contempla la posibilidad de implantar esta tecnología en otras autovías como la A-5.