El okupa es la expareja de una de sus nietas
Una anciana de 98 años de Navacerrada (Madrid) no puede entrar en su casa después de que fuera okupada cuando ella estaba ingresada en el hospital.
Lo más curioso de la historia es que el okupa, que ha cambiado la cerradura, es un conocido de la familia, la expareja de una de sus nietas, y no tiene intención de abandonar la vivienda.
La familia ha denunciado el caso ante la Guardia Civil, pero les han dicho que no pueden acceder al interior y que, incluso, en el caso de que entren en el domicilio pueden ser detenidas. Acusan al okupa también de haber robado a la anciana hasta 12.000 euros, según informa El Mundo.
El calvario para la familia comenzó cuando una de las nietas denunció a su entonces pareja por maltrato. El hombre fue detenido y, tras pasar 48 horas en el calabozo, fue puesto en libertad.
Al día siguiente acudió a casa de la anciana para pedirle que le dejase dormir mientras encontraba un lugar donde poder vivir. Ella, por caridad y por pena, le dijo que podía quedarse, según la familia, aunque el okupa del piso sostiene que vivía allí cuidándola a cambio de techo, según ha declarado en Telemadrid.