El Gobierno regional estudia permitir abrir a la hostelería con limitaciones tras la mejora de los datos de la Covid-19
El presidente de Castilla-La Mancha,Emiliano García-Page, ha anunciado este lunes que el Ejecutivo regional se reunirá esta semana, de manera extraordinaria, para «modular» las restricciones vigentes de acuerdo a la evolución de los datos epidemiológicos.
A este respecto, ha manifestado su «comprensión y empatía» con los sectores más afectados, al tiempo que ha subrayado que «mi responsabilidad como presidente es salvar vidas». Así lo ha señalado el jefe del Ejecutivo autonómico en el transcurso del acto de firma de los protocolos de actuación en el ámbito del Proyecto de Singular Interés (PSI) del Parque Aeronáutico y Logístico de Albacete, que el Gobierno regional ha suscrito con la compañía Airbus Helicopters España y con el Ayuntamiento de Albacete.
«Vamos a acabar la semana con un alivio para los sectores que lo están pasando mal, a los que entiendo perfectamente», ha destacado García-Page en relación a la hostelería. También ha apelado a la «coherencia y responsabilidad» de su Gobierno a la hora de tomar decisiones «muy duras» que se han adoptado, ha dicho, según lo indicado por los profesionales sanitarios.
En este punto, García-Page ha planteado que «quizá quien tenga que explicar las medidas es quien decide cosas que no están en coherencia con lo que dicen los profesionales de la Sanidad. Pero nosotros estamos actuando a conciencia y con responsabilidad, y la ciudadanía y la empresa también», ha considerado, refiriéndose de forma velada a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a quien algunos hosteleros castellanomanchegos han puesto como ejemplo de gestión.
Por el momento el Gobierno de Castilla-La Mancha mantiene el cierre de toda la hostelería las 24 horas del día, y sólo permite servir a domicilio hasta las 22 horas, que es cuando comienza el toque de queda nocturno, que se extiende hasta las siete de la mañana.
Además, se mantiene el cierre de los centros comerciales de toda la región y el confinamiento perimetral de todos y cada uno de los municipios, unas medidas que entraron en vigor el pasado 18 de enero.
Los hosteleros anuncian protestas
Antes del anuncio de García-Page, la Federación Provincial de Turismo, Hostelería y Ocio de Guadalajara había convocado un acto para el próximo 16 de febrero a las 11 de la mañana en la Subdelegación del Gobierno en Guadalajara para protestar contra el cierre total de sus negocios, prorrogado este pasado viernes por otros 10 días más.
La Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla-La Mancha también ha mostrado su rechazo absoluto ante la nueva prórroga de las medidas de nivel 3 reforzado, anunciadas por la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha, medidas que considera injustas con el sector, por lo que exige un levantamiento inmediato de las mismas.
«El sector hostelero no puede más, rechazamos de pleno las medidas y exigimos, por enésima vez, que abran la hostelería. Nos parece muy injusto lo que se está haciendo con este sector», indican, ya que «los datos muestran que, aun estando cerrados, los contagios no dejan de subir», subrayan, además señalan que «la hostelería se está desangrando».
«Llevamos casi un año sufriendo injustamente las restrictivas medidas impuestas por el Gobierno central y autonómico, y la falta de ayudas suficientes. Ante esto, solicitamos un plan de rescate directo y contundente, pues creemos que culpar a la hostelería del incremento de la incidencia de la Covid-19 es una injusticia, como ya venimos diciendo desde hace meses», añaden.
«El sector es de los que más empeño ha puesto para cumplir con todas las medidas de seguridad. Creemos que hay un espacio posible de convivencia que permita mantener la hostelería abierta y el cuidado de la salud», afirman.
Ante esta situación, la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla-La Mancha ha convocado a todo el sector regional a una manifestación en Toledo para el próximo miércoles 10 de febrero, a las 11 horas, con final en el Palacio de Fuensalida, con el objetivo de hacerse oír de nuevo «ante los daños económicos que sufre el sector desde hace casi un año, y que está suponiendo la ruina de muchos hosteleros».