Una vecina ha iniciado una petición de firmas para que la obra a la que Gallego ha dedicado 56 años de su vida no sea derribada tras su muerte
«Justo Gallego tiene 92 años, y ha dedicado 56 años de su vida a construir una catedral él solo», comienza relatando la petición de firmas que una vecina de Mejorada del Campo ha creado en la plataforma Change.org dirigida al Ayuntamiento de la localidad, al Obispado de Alcalá de Henares y al Ministerio de Cultura.
«Ha sido su sueño, su vida, su fe. Un hombre increíble que tiene valores que hoy en día quedan lejos de nuestro superficial entendimiento, un labrador sin estudios al que le ha primado más su fe que vivir rodeado de comodidades materiales, un hombre que no ha pedido nada pero que ha sabido aceptar cualquier ayuda por humilde que fuera para seguir viendo crecer su ilusión, crear este gran tesoro, la catedral de Justo Gallego, el cual parece ser que muchos no saben apreciar y parece no importarles demoler esta obra cuando desgraciadamente este entrañable hombre falte», expone Nuria López en su petición.
Un movimiento que ya ha recabado más de 5.500 apoyos y que surge a raíz de la publicación en El Confidencial de un artículo titulado La catedral de Justo: 56 años de construcción que acabarán en la basura, donde el diario digital explica que el proyecto podría acabar demolido cuando su artífice ya no esté, ya que la obra carece de licencia de ejecución, de planos o proyectos técnicos que la avalen.
El mismo diario apunta que de no encontrar un arquitecto que se responsabilice de firmar que es un edificio seguro para el uso público, la construcción difícilmente podrá seguir en pie.
Pero eso, a día de hoy, parece imposible: ningún arquitecto está dispuesto a asumir el riesgo de vincularse al proyecto, al incumplir todas las normas de seguridad (y al no conocer a ciencia cierta los materiales utilizados, la mayoría reciclados como botes de laca, entre otros), ya que, de ocurrir una desgracia, la responsabilidad civil sería de él.
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Mejorada del Campo señalan a El Confidencial que «no pueden asegurar qué pasará con la catedral» y defienden que «las distintas corporaciones municipales han intentado más de una vez encontrar una solución, hablar con el Gobierno Central, el Ministerio de Cultura y hasta la Conferencia Episcopal. Pero nunca hemos recibido respuestas claras».
La otra parte, el Obispado de Alcalá, también se ha desentendido del caso y por el momento ha preferido guardar silencio.
«Más allá de pensar que son las paredes colindantes a la guardería donde pasé mi infancia, las calles por las que paseé mi niñez, y más tarde mi adolescencia, mucho más allá de eso, me hace jirones el alma pensar que un sueño así, el esfuerzo en toda una vida de una persona, pueda haber entidades o personas que se crean con el derecho de poder demolerlo tras su muerte, como quien tira un jersey o unos zapatos viejos», insiste Nuria López en su petición.
Esta vecina pide ayuda y sostiene que tal vez bastaría con poner una valla y conservar el edificio para poder seguir admirando la obra, pero en ningún caso tirarla abajo. «Demoler la catedral de Justo Gallego es demoler su vida, y con ella, parte de la mía».