El presunto asesino se encuentra a la espera de juicio
Esta semana se cumple un año de la matanza en el chalet de una urbanización de la localidad de Pioz (Guadalajara), donde el joven brasileño Patrick Nogueira, mató y descuartizó a sus tíos y a sus primos.
Un crimen que conmocionó a España. El 17 de agosto de 2016, Patrick, de 19 años, se dirigió al chalet donde vivía la familia compuesta por Marcos, Janaína y sus dos hijos de 1 y 4 años, con intención de matarles.
Fue un mes después cuando se descubrieron los cadáveres tras la alerta de los vecinos debido al mal olor que salía del chalet.
El presunto asesino fue encarcelado en octubre tras entregarse a la Guardia Civil en el aeropuerto de Barajas y confesar los hechos. Ahora se encuentra a la espera de que lleguen las últimas pruebas desde Brasil para que pueda celebrarse el juicio. Será juzgado por un jurado popular y podría enfrentarse la prisión permanente revisable.
En la prisión de Estremera, según publicaba ABC, ha entablado amistad con otro asesino, José Bretón, y no habla con nadie más.
El asesino confeso, según fuentes próximas al caso citadas por El Español, no ha recibido ninguna visita en meses, a excepción de su abogada.
Su madre y su hermana tienen prohibido ir a verle, por lo que tan solo puede comunicarse por carta con los suyos. Según el citado medio, recibe dos correspondencias al mes: una de su madre y otra de su hermana.
Todo este tiempo que lleva encarcelado lo ha pasado solo, en silencio, viendo la televisión y leyendo en su celda, saliendo al patio a diario 4 horas, sin incidentes ni faltas de respeto.
Su tío Walfran Campos, hermano de Marcos, cree que «está jodido porque sabe que va a pasar el resto de su vida en la cárcel. Venía de una familia rica, que lo tenía todo, un futuro por delante, dinero, coches… Y ahora se ha jodido la vida para siempre», ha declarado a El Español, donde ha aprovechado para pedir justicia: sólo espera que pague por lo que ha hecho.
Mientras tanto, en la pequeña localidad de Guadalajara ya ha transcurrido un año y poco a poco ha ido recuperando la normalidad, aunque en la memoria de los vecinos y de toda España todavía queda de forma inevitable el recuerdo de una tragedia que ha pasado a la historia de la crónica negra de nuestro país como uno de los asesinatos más terribles que se recuerdan.