Recordando Paladium en Coslada

Queremos recordar una de las discotecas más emblemáticas de España. Y lo hacemos con Dj Neil, uno de los DJs residentes de la sala Paladium en Coslada hasta su cierre en el año 2009

En MiraCorrdor entrevistamos a Dj Neil, uno de los imprescindibles en las noches en las que Paladium era todo un referente en el Corredor del Henares, en la Comunidad de Madrid y en toda España, junto con la también mítica discoteca de Torrejón, Bachatta. Con Neil, muy conocido también por su paso como presentador del programa de TVE Música Sí, recordamos lo que fue uno de los templos de la música house en los primeros años de este siglo. 

¿Qué recuerdos tienes tú, Neil, de la sala Paladium?

«El recuerdo más bestia que tengo fue cuando inauguré la sala como residente en el 2001, cuando llegué a la calle Jesús de San Antonio ver unas colas inmensas y, sobre todo, ver dos murales de 20 metros de largo que habían hecho en la pared de Paladium con mi fotografía y la de Dj Nano. Al no estar acostumbrado a eso en Barcelona me impresionó mucho. Y luego entrar en la sala y verla hasta arriba de gente, las cuatro plantas llenas. Cuando subías a la cabina los chavales se volvían completamente locos. Siempre he dicho que el público del Corredor del Henares es de lo más fiel y de lo más devoto hacia su música. Ese es el recuerdo que tengo de allí».

¿Cómo era Paladium? 

«Paladium era una sala con cuatro plantas con un sonido espectacular, una iluminación espectacular. Ahora la ves cayéndose a trozos pero antes la veías por fuera y no te imaginabas lo que había dentro, un espacio espectacular».

¿Y por qué crees que cerró?

«No tengo ni idea. Yo creo que el cambio de los tiempos y demás. Se dijo que se había vendido para hacer pisos pero han pasado siete años y sigue estando el edificio ahí. Eso ya se lo tendrás que preguntar a los jefes del Grupo Kapital que supongo que son los que saben por qué se cerró».

Hemos intentado contactar con ellos en varias ocasiones pero no hemos conseguido ninguna respuesta 

«No son muy propensos a hablar con prensa porque sabes que determinada prensa a los DJs, a las salas y a la noche no nos han dado muy buenos resultados, digamos. Supongo que ellos están un poco arrepentidos de las pocas veces que han hablado con prensa y se mantienen al margen por precaución».

¿Qué significó para la música de esa época y para el mundo de la noche Paladium?

«Yo creo que fue una de las salas de referencia. Paladium se regeneró, hizo las sesiones de Splass, las sesiones de X-Kándalo. Yo creo que sobre todo X-Kándalo por las tardes era el punto de encuentro de todos los chavales del Corredor del Henares, venía gente de todas partes. Por las noches Splass funcionaba pero la sala de referencia en el Corredor del Henares por la noche no creo que fuera Splass, yo creo que fue Bachatta en Torrejón. Pero sí que creo que todas estas salas fueron puntos neurálgicos de la ruta del Corredor del Henares. Yo esa época la disfruté mucho. Esa época que va de 1998-1999 a 2004-20o5 fue una época muy chula en esa zona. Y ver por las tardes a chavales de toda la Comunidad de Madrid ir hasta Coslada y pinchar ahí fue algo increible».

¿Se puede decir que fue una de las discotecas más emblemáticas de España?

«La sala X-Kándalo y Splass eran conocidas en toda España, sobre todo X-Kándalo y La Fiesta de la Fresa, que era una fiesta que se hacía una vez al año y la Policía Local tenía que cortar las calles porque desde la noche anterior había chicos haciendo cola para entrar en la sala. La Fiesta de la Fresa era una fiesta conocida en todo el país, venían autobuses de todos lados, de Badajoz, de Euskadi, de Cataluña, de todas partes; sobre todo hago hincapié en la sesión de tarde, X-Kándalo fue algo impresionante. El otro día iba caminando por la calle y me encontré con un chaval con una bufanda de X-Kándalo y me hizo mucha gracia porque hace ocho años que cerró y ver a chavalitos con las camisetas y las bufandas todavía es algo bastante curioso».

¿Cuándo llegaste tú a Paladium?

«Antes de que yo llegara por Paladium habían pasado cientos de DJs y cientos de sesiones, tenía ya una historia a sus espaldas muy grande. Yo entré un año después de que se iniciara la sesión de X-Kándalo y la de Splass. Los primeros residentes de X-Kándalo fue la famosa Dj Marta, Miguel Serna y alguno más; y por la noche el primer residente de Splass muy el mítico Dj Nano que sigue ahí dándole. Luego entré yo con él, él se fue a otra sala y me quedé yo en Splass. Fue de las primeras salas donde vine a pinchar a Madrid. Entonces presentaba Música Sí (TVE), era un Dj muy conocido en Madrid, había pinchado en otra sala en Barcelona que se llamaba Scorpia y luego en Paladium».

¿Qué se echa de menos de toda esa época que parece que ha marcado un antes y un después?

«Se echa de menos que la gente baile, porque la gente no baila. La gente va a las discotecas a enseñar músculo, a ver quien es el más guapo y a ver a quien arrima la cebolleta pero bailar y disfrutar de la música eso ya no lo veo. Yo veo grandes festivales con robots que levantan el teléfono para contratar al Dj que es una gran estrella y pegan dos botes cuando la canción sube pero el resto de la canción no bailan. Además yo creo que no viven las sesiones en las discotecas, yo creo que viven las sesiones en las redes, están retransmitiendo las sesiones en las redes para que la gente sepa que está en la discoteca. La gente ya no está en la discoteca disfrutando de la sesión. Yo echo mucho de menos que la gente baile, es lo que más echo de menos».

Ya por último, ¿Cómo ves que un edificio que marcó una época como Paladium parece que se lo haya llevado el tiempo?

«Yo creo que el tiempo pasa inexorablemente para todos: edificios, personas…. Hace poquito grabamos un vídeo Nano y yo con motivo del Festival Oro Viejo y nos fuimos a grabar una presentación a las puertas de Paladium y te puedo decir que estuvimos diez minutos para grabar el vídeo y en esos diez minutos pararon por lo menos 50 chavales a decirnos que a ver si volvíamos a Paladium. Yo ya no soy el mismo de antes, yo no soy el niño delgado rapado que era antes. Ahora soy un tío mayor de 40 años con barba y gafas, pero la gente me sigue reconociendo igual. Yo creo que el edificio está ahí pero mucha gente cuando pasa con el autobús o pasa con su coche o pasa con la moto lo mira como diciendo ¡Las fiestas que ha habido ahí dentro!».