Fue socorrido por un motorista al que previamente había ayudado con un pinchazo
Buenas noticias para Luis Alfonso, el transportista de 51 años que sufrió un infarto en mitad de la Carretera de Andalucía el pasado lunes 27 de febrero y, desde entonces, estaba en coma hasta hace 10 días.
Ingresó en el 12 de Octubre de Madrid tras haberle salvado la vida un motorista de 50 años, Fernando, al que previamente había ayudado con un pinchazo.
Ahora, ha logrado superar el estado crítico en el que se encontraba y se recupera poco a poco de las lesiones que sufrió, tal y como ha comunicado su hermano, Jorge, a MiraCorredor.tv.
Aquel día, al ver que Fernando había pinchado y había señalizado la avería, decidió parar en la carretera y subir su moto a su vehículo y acercarlo hasta un punto de Madrid.
Cuando iban en marcha, hablando, Luis Alfonso se desplomó sobre el volante y Fernando tuvo que quitar la velocidad y fue frenando hasta poder detener el vehículo.
Una vez parados, en el kilómetro 7 de la A-4, Fernando llamó al 112 para pedir ayuda y, con las instrucciones que le daban y gracias a que tenía un curso de primeros auxilios, empezó a reanimarle hasta que llegaron dos ambulancias y una pareja de la Guardia Civil de Tráfico.
En ese momento se montó el dispositivo de emergencias, cortaron los carriles, instalaron una tienda de campaña y los profesionales del SAMUR-Protección Civil consiguieron reanimarle en el suelo.
Una vez devuelto a la vida, fue trasladado al Hospital 12 de Octubre donde ha estado debatiéndose entre la vida y la muerte hasta que ha conseguido salir del coma y en estos momentos se recupera favorablemente.
«Aún le queda mucho, pero lo peor ya pasó», cuenta su hermano, quien en su día se mostraba muy agradecido por la ayuda que le prestó Fernando: «Estamos súper agradecidos, agradezco que hubiese pinchado porque si mi hermano se queda inconsciente en la carretera podría haber tenido un accidente o si hubiera conseguido parar a tiempo en una cuneta, se hubiera muerto allí mismo».
Luis Alfonso, padre de dos hijos, tiene ahora por delante una larga recuperación, apenas puede hablar ni moverse, pero ya reconoce a su familia que ha preferido no contarle por ahora nada sobre lo sucedido.