La mayor parte de las comunidades se han pronunciado a favor de respetar el criterio de los expertos que abogan por una retirada progresiva
La mayoría de las comunidades autónomas abogan por respetar el criterio de los expertos de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta para relajar el uso de mascarillas en interiores. Los expertos del Ministerio de Sanidad consideran que no debería retirarse hasta después de Semana Santa y no en todos los espacios ni para todas las personas.
En concreto, argumentan que las modificaciones sobre la estrategia de vigilancia y control de la covid «deben realizarse de manera progresiva», por lo que «consecuentemente, cualquier cambio en las normas de uso de mascarillas entre en vigor después de Semana Santa de 2022», reza un documento de la Ponencia sobre el fin de la mascarilla en interiores.
Estos expertos llevan semanas trabajando en una propuesta que debe ser revisada después en la Comisión de Salud Pública y aprobada en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud donde están representados los consejeros de Sanidad de todas las Comunidades Autónomas y que se reúne este miércoles en Toledo.
La expertos de Sanidad creen que debe seguir siendo obligatoria en hospitales, residencias y transporte público, así como para trabajadores y visitantes de centros asistenciales y para las personas ingresadas cuando estén en espacios compartidos fuera de su habitación. Según su planteamiento, también se continuará exigiendo a los usuarios del transporte público.
Por el contrario, justifican que los alumnos ya no la utilicen «en el ámbito escolar», aunque sí recomienda usarla a la población vulnerable cuando se tenga que estar mucho tiempo con otras personas a menos de 1,5 metros de distancia. De este modo, los técnicos hablan de un «uso responsable de la mascarilla» también para profesores con factores de vulnerabilidad.
Asimismo, aconsejan su empleo en los puestos de trabajo cuando no haya buena ventilación y poca distancia entre las personas; en espacios cerrados donde pueda haber aglomeraciones, como en centros comerciales, supermercados o tiendas; y en otros lugares cerrados donde se pase mucho tiempo como cines, teatros, museos, bares o restaurantes.
La Ponencia subraya la eficacia de las mascarillas para reducir el riesgo de transmisión de todo tipo de virus respiratorios al reducir los aerosoles que emitimos al respirar, hablar, gritar, toser o estornudar. Además, apunta que la medida ha ayudado «a reducir el miedo a los contagios y al retorno a las actividades normales» en un país como España, donde la acogida de la mascarilla ha sido «muy alta».
Desde el Ministerio de Sanidad, la ministra Carolina Darias se ha limitado a reiterar que «vamos a ir paso a paso, tomando medidas desde la prudencia, desde la progresividad y desde la gradualidad» y que la medida se aprobará «cuando las personas expertas que nos asesoran también lo propongan».
La mayor parte de las comunidades se han pronunciado a favor de respetar el criterio de los expertos, si bien no todas coinciden en el momento. Navarra y País Vasco apuestan por retirar la mascarilla después de Semana Santa. Andalucía prefiere esperar «unos meses» para su retirada y Galicia, por ejemplo, cree necesario esperar «al menos 15 días» para conocer el efecto del fin de las cuarentenas.
Madrid es la única que pidió hace un mes el fin de la obligatoriedad de las mascarillas en interiores salvo en hospitales, residencias y transportes. Recientemente, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, insistió en que habrá que plantearse su uso en el futuro, teniendo en cuenta la situación epidemiológica en cada momento, la época y los perfiles, informa Efe.