La Comunidad de Madrid ha impuesto una sanción a la residencia
Un mes ha pasado ya desde que Saturnino Garzas desapareciera de la residencia Los Peñascales de Torrelodones donde poco antes había conseguido una plaza concertada por la Comunidad de Madrid.
Satur padece Alzheimer y Parkinson y hace 30 días se le perdió la pista. Desde entonces la Guardia Civil ha centrado su búsqueda en los alrededores del recinto y en la zona. Sus familiares y amigos han rastreado varios puntos pero todavía no han encontrado nada.
En el barrio Parque del Ángel de Alcalá de Henares todo el mundo lo recuerda porque, como comenta su hijo, «a mi padre lo conocía mucha gente». «Nos llaman los vecinos, nos preguntan… En el barrio todo el mundo piensa lo mismo: que muy lejos no se ha podido ir él solo», explica Iván, uno de sus hijos a MiraCorredor.tv.
Preocupan las extrañas circunstancias en las que desapareció. Supuestamente saltó una valla y consiguió salir del centro, según la versión de la residencia. La familia cree imposible que pudiera salir por ahí, y lamenta que el centro le impidiera llevar un GPS para poder localizarlo. «En Los Peñascales dijeron que no era necesario al ser un recinto cerrado y con vigilancia».
Una versión muy distinta a la que dio la residencia, que en un comunicado llegó a afirmar que «no se puso en conocimiento del centro que debiera utilizar algún dispositivo de localización GPS». En el mismo texto dio una explicación que no ha gustado nada a la familia. «Éste no es un centro psiquiátrico ni un centro penitenciario y, por lo tanto, si una persona se empeña en escapar, lo más probable es que acabe escapándose».
Lo último que se sabe es que la Comunidad de Madrid ha tomado cartas en el asunto y ha sancionado a la residencia.
Por un lado, la Subdirección de Control de la Calidad, Inspección, Registro y Autorizaciones le ha impuesto una infracción administrativa grave de 24.000 euros por no adoptar las medidas adecuadas de cuidado y vigilancia.
Por otro lado, la Dirección General de Dependencia del Mayor ha multado con 5.267 euros al centro concertado al considerar que ha cometido una falta grave por deficiencia en el control y protección de los usuarios.
En ambos casos la residencia puede presentar alegaciones.
Su hijo Iván se muestra satisfecho con la sanción aunque advierte: «Nosotros estamos contentos con la sanción pero, dependiendo de si aparece mi padre o de cómo aparezca, la cosa no puede quedar así».