Había colocado una cámara oculta en su consulta
Pedro Sopelana Rodríguez era Jefe de Servicio de Psiquiatría en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y pasaba consulta en el Centro Integral de Diagnóstico y Tratamiento Francisco Díaz de la ciudad complutense, que pertenece al mismo hospital. Además era profesor asociado de la Universidad de Alcalá.
Según adelanta El Mundo y confirman fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid a MiraCorredor.tv, el pasado 15 de febrero su cuerpo fue encontrado en el interior de su coche que estaba aparcado en una de las calles del polígono El Casar de Guadalajara.
De las investigaciones se desprende que el doctor se había quitado la vida a causa de una sobredosis de pastillas.
Su muerte ocurre justo una semana después de que la Policía Nacional de Alcalá de Henares detuviera al médico tras ser acusado de abusar sexualmente de varios de sus pacientes.
El psiquiatra fue denunciado por dos de sus pacientes el pasado mes de enero y el 7 de febrero fue detenido para, dos días más tarde, ser puesto en libertad con cargos.
Los agentes que investigaron las denuncias y que hicieron un seguimiento al médico para comprobar los hechos, encontraron en su consulta una cámara oculta, por lo que les hizo sospechar que había grabado alguna de las sesiones con sus pacientes. Sin embargo, nunca se pudo demostrar porque la cámara no contenía en ese momento ninguna grabación en su historial, aunque no se sabe si pudo llegar a grabar en alguna ocasión.
Fuentes sanitarias confirman que un año antes, en 2016, el doctor ya fue denunciado por presuntos abusos sexuales a una niña. La madre acusó en ese momento al médico de tocamientos a su hija y los hechos fueron investigados por el hospital que no encontró ninguna prueba para incriminarle ni nada sospechoso, por lo que la Consejería de Sanidad decidió archivar el caso.
Tras tener conocimiento de su detención por los últimos hechos de los que se le acusaba, el doctor cogió una baja médica y Sanidad decidió entonces apartarlo de su empleo para evitar que tuviera contacto con los pacientes mientras se desarrollaba la investigación policial. Investigación a la que se la ha dado ahora carpetazo tras conocerse el fallecimiento del presunto implicado.