Ambos se encuentran bien y a la espera de que les devuelvan su coche
Un vecino de Alcalá de Henares y su hijo pequeño de 13 años viajaban en el ferry de la compañía Baleària que encalló la madrugada del jueves 15 al viernes 16 de agosto en una escollera del puerto de Dénia (Alicante) cuando transportaba 393 pasajeros que, en su totalidad, resultaron ilesos y fueron evacuados a tierra.
Este vecino de Alcalá, que responde a las iniciales U.B.A., ha contado a El Heraldo del Henares cómo se desarrollaron los acontecimientos: «No hubo ningún momento de histeria colectiva, al contrario, fue un desalojo muy tranquilo, tan solo, que yo viera, una mujer se echó a llorar y algún que otro pasajero se reía con risa nerviosa, pero la mayoría estábamos tranquilos, incluso ayudándonos entre nosotros a desembarcar».
Para los viajeros con vehículo a bordo, que no pudieron ser desembarcados, se habilitaron dos autobuses, uno con destino a Valencia y otro a Alicante, con paradas ambos en distintas poblaciones, ya que todos los hoteles de la zona tenían todas sus habitaciones ocupadas al encontrarnos en temporada alta.
Por ese motivo, según su testimonio, muchos de los turistas decidieron pasar la noche a las puertas de las oficinas de Baleària al contar con un hall espacioso y ante la imposibilidad de ir a un hotel. Para este pasajero, «el trato de la compañía fue siempre atento y correcto».
Ahora se encuentra hospedado junto a su hijo en un hotel de Alicante a la espera de que le devuelvan su coche. No obstante, sí se ha procedido a entregar a los pasajeros el resto de pertenencias que llevaban a bordo.

Fuentes de Baleària informaron de que la embarcación se disponía a atracar en el puerto «cuando, en circunstancias no confirmadas, encalló a las 23.20 horas, sin daños personales para ningún pasajero ni tripulante».
La compañía, además, ha indicado que ofrecerá un billete de ida y vuelta en las mismas condiciones del billete original a los pasajeros que viajaban en el barco.
El ferry Pinar del Río procedía de Palma de Mallorca e Ibiza, y llevaba 70 vehículos y 393 pasajeros, buena parte de ellos turistas extranjeros, los cuales fueron evacuados con las embarcaciones de Salvamento Marítimo, Guardia Civil del Mar, Práctico de Dénia y el remolcador de Baleària.
La naviera sigue trabajando en la evaluación de los daños registrados en el casco de estribor y elaborando el plan de reflotamiento del barco para poder trasladarlo a puerto y desembarcar los vehículos que permanecen en su interior.
Según la compañía, la situación del buque encallado en la entrada del puerto no impide el tráfico marítimo en Dénia.