La jueza ha decretado este sábado para él prisión comunicada y sin fianza por el último crimen
La magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 9 del partido judicial de Arganda del Rey ha acordado hoy la prisión provisional comunicada y sin fianza de Dilawar F. como supuesto autor responsable de la muerte de su compañero de celda en el recinto penitenciario de Estremera el pasado jueves, como contamos aquí en MiraCorredor.
Dilawar, imputado por la muerte de tres ancianos en la localidad de Morata de Tajuña el pasado mes de diciembre, será investigado en esta nueva causa por la supuesta comisión de un delito de homicidio doloso, si bien esta calificación penal es inicial y podría modificarse según se vayan practicando las correspondientes diligencias de investigación en el marco de la instrucción judicial, ha informado este sábado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 9 del partido judicial de Arganda del Rey se ha inhibido en favor del Juzgado número 8 del mismo partido judicial, que es el órgano competente en este asunto dado que era el que se encontraba de guardia en el momento de los hechos y, por tanto, el que abrió las diligencias previas y levantó el cadáver del fallecido.
Dilawar, de origen paquistaní y de 42 años, pasará dos semanas en aislamiento en la prisión de Estremera, en una celda solo, de la que únicamente podrá salir dos horas al día al patio. Es el máximo castigo que se aplica en las cárceles españolas. Después, probablemente, será trasladado de prisión, según fuentes penitenciarias.
El paquistaní llevaba interno en Estremera tres semanas cuando presuntamente mató a golpes con un objeto contundente (el cual todavía se desconoce) a su compañero de celda, un recluso de origen búlgaro y 39 años, en prisión preventiva por violencia de género y con varios antecedentes. Fue el propio Dilawar quien, de madrugada, comunicó a los funcionarios lo sucedido.
El pasado 22 de enero, el recluso, que regentaba un locutorio en Arganda, donde residía, se entregó en las dependencias de la Guardia Civil en la localidad y confesó ser el asesino de Amelia, Ángeles y Pepe, los tres hermanos cuyos cuerpos sin vida habían sido encontrados cuatro días antes. Los mató con una barra de hierro por una deuda. Los septuagenarios habían acudido a él para pedirle dinero tras arruinarse al ser víctimas de una estafa amorosa por Internet.