Patrick Nogueira ha llegado cabizpajo y con la cara tapada por una capucha
Ha durado poco más de una hora. Sobre las 10 de la mañana ha llegado el furgón de la Guardia Civil que trasladaba a Patrick Nogueira desde la prisión de Alcalá Meco hasta el chalet de la urbanización La Arboleda de Pioz donde ocurrieron los hechos.
Primero ha llegado el acusado del cuádruple asesinato y después lo ha hecho en un minibús la comisión judicial compuesta por abogados de la acusación y la defensa, el juez, secretarios judiciales, el equipo de investigación de la Guardia Civil y unas personas que han actuado como figurantes.
Todos han entrado con mascarillas por el fuerte olor que todavía permanece en la vivienda por la descomposición de los cuerpos.
Se ha esperado a que entrara la comisión judicial al jardín del chalet y después se ha procedido a bajar del vehículo al detenido que iba en todo momento con la cara tapada por una sudadera con capucha y cabizbajo. Tras una hora en el interior de la casa, Patrick ha sido conducido de nuevo al furgón y trasladado a Alcalá Meco.
Walfran Campos, tío del asesino confeso y hermano de unas de las víctimas, de Marcos, ha querido estar presente para ver llegar a su sobrino y ha entrado en el chalet al comienzo de la diligencia, pero la Guardia Civil le ha pedido que tenía que abandonar la casa.
El abogado de Walfran, Alberto Martín, ha explicado ante los medios que la reconstrucción de los hechos se ha desarrollado en los mismos términos que la declaración de Patrick ante el juez. «Ha habido interrogatorio, preguntas, pero las lagunas en la parte importante las sigue teniendo», ha dicho.
De acuerdo con su testimonio, Patrick reconoce los hechos pero no los explica. Ha omitido detalles. La parte más dura de los crímenes ha insistido en no recordarla. Tampoco, según el abogado de Walfran, se le ha visto abatido. No ha aportado nada nuevo, a pesar de que ha visto la casa, los objetos, restos de sangre y enseres de las víctimas como un cochecito de juguete de uno de los niños en el suelo de la cocina donde presumiblemente los menores pudieron morir asesinados.
El acusado ha hablado muy poco y sólo ha respondido a las preguntas que le iban haciendo con monosílabos. Según Alberto Martín parecía que tenía ganas de terminar pronto pasando de puntillas por las cosas importantes y olvidando de forma selectiva algunos hechos.
Tampoco ha aportado nada sobre el arma que empleó para acabar con la vida de los cuatro miembros de la familia, no recuerda donde dejó la mochila donde se supone que llevaba la navaja, las bolsas industriales y la cinta adhesiva para atarlas y no ha descrito absolutamente nada sobre la parte del descuartizamiento de los dos adultos. Asegura que sólo recuerda cómo llega, cómo llama a la puerta y cómo se come junto a Janaína en el jardín la pizza que él mismo traía.
Al detenido se le ha preguntado también sobre los tiempos, es decir, cuánto tiempo pasó desde que llega a la casa hasta que mata a la mujer y los dos niños, y desde ese momento hasta que llega Marcos y hace lo mismo con él. También las preguntas estaban dirigidas a conocer cuánto tiempo transcurre desde que acaba con la vida del padre y se pone a trocear los cuerpos y a limpiar la casa. Y desde ese instante hasta que abandona el chalet. Sobre todas esas dudas, Patrick ha mantenido silencio.
El letrado Alberto Martín ha insistido en que sólo recuerda el antes y el después a las muertes, pero no profundiza en cómo lo hizo, algo que lleva a pensar al abogado de Walfran que Patrick venía aleccionado de Brasil y sigue estándolo por su defensa y por su hermana, que también es abogada. Por tanto según Martín sabe muy bien qué tiene que contar y qué debe omitir.
Lo que sí ha vuelto a decir es que el pasado 17 de agosto, cuando se supone que ocurrió la matanza, «tenía ganas de matar», la misma declaración que expresó el detenido ante la Guardia Civil y que ratificó ante el juez. Al ver la cama desecha del matrimonio también ha admitido que ese día se dio una ducha y se acostó un rato aunque no consiguió conciliar el sueño.
El abogado de Walfran ha confirmado también que ya están todos los trámites resueltos para proceder a incinerar los cuerpos de las víctimas con el fin de poder repatriar las cenizas a Brasil.
La calle donde se encuentra el chalet ha estado cercada por los dos lados y con una gran presencia de guardias civiles y de medios de comunicación. Además una veintena de personas ha insultado a Patrick con gritos de «asesino» y con frases del tipo «ojalá te mueras».
Fuente imagen de portada: Atresmedia.