El último domingo de marzo (día 31) se producirá el cambio de hora
La primavera en España comienza oficialmente este miércoles, 20 de marzo, a las 22.58 horas (Península y Baleares) y durará 92 días y 18 horas hasta el 21 de junio, cuando llegará el verano, según datos del Observatorio Astronómico Nacional.
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por los instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso de la primavera, esta posición se da cuando el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. El día en que esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden. A esta circunstancia se la llama también equinoccio de primavera. En el momento en que en el hemisferio norte empieza la primavera, en el hemisferio sur comienza el otoño.
La primavera es la época del año en que la longitud del día se alarga más rápidamente. A las latitudes de la Península Ibérica, el Sol sale por las mañanas más de un minuto antes que el día anterior y por la tarde se pone más de un minuto después. De este modo, al inicio de la primavera el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte aumenta casi tres minutos cada día en esas latitudes.
Después de un invierno cálido, una cálida primavera
Como es habitual, el último domingo de marzo (día 31) se producirá el cambio de hora, cuando a las dos de la madrugada habrá que adelantar el reloj hasta las tres (una hora menos en Canarias), y se recuperará así el horario de verano, de manera que ese día tendrá oficialmente una hora menos, informa Servimedia.
En cuanto al tiempo, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha ofrecido este miércoles su previsión para la primavera. La AEMET prevé una estación más cálida y menos lluviosa de lo normal, siguiendo así lo pasos de un invierno anómalo, en que apenas hubo lluvia y nieve, y con temperaturas medias más altas de la media.
Dejamos atrás, por tanto, el segundo invierno más seco del siglo XXI y el quinto desde que hay registros (1965), así como el tercer invierno más cálido del presente siglo, dando paso a una primavera cálida y seca, en la que la tendencia se mantiene.