El diario La Razón ofrece este sábado detalles sobre la confesión del asesino
Patrick Nogueira ha pasado su primera noche en prisión tras prestar declaración ante el juez y después de un largo interrogatorio por parte de la Guardia Civil en el que el joven sobrino de Marcos Campos confesó el crimen.
Ante el juzgado de Guadalajara que lleva el caso, Patrick ratificó lo que ya había contado a la Guardia Civil.
Tras sus declaración, todo hace indicar que los mató por venganza, por rabia, por despecho.
Primero acabó con la vida de Janaína, la mujer de su tío, y con los dos hijos del matrimonio, David y María, de uno y cuatro años de edad.
El joven llegó al chalet aquel 17 de agosto, en torno al mediodía, dispuesto a perpetrar la matanza. Lo había planificado todo. Compró la cinta americana y grandes bolsas industriales y llevaba consigo el arma (el cuchillo suizo Swiss Touch, de los que usan los parrilleros, que era la profesión de su tío).
Janaína le abrió la puerta sorprendida. El joven dijo que quería darles una sorpresa y que llegaba para comer con ellos. La mujer entonces le dijo que entrara, prepararon la comida, comieron y después estalló el horror.
Bastó un corte seco en el cuello de la mujer y de los dos niños para que murieran desangrados en la cocina. Ya solo tenía que esperar a que el padre volviera del trabajo para hacer lo mismo.
Lo esperó en el jardín. Marcos se quedó parado. Patrick le dijo que había pasado el día con su familia, que había venido a hacerles una visita. El joven le invitó a que entrara en la casa, y el padre preguntó por su mujer y sus hijos:
-«¿Tú qué haces aquí?»,
-«He venido a comer con tu mujer y tus hijos»,
-«¿Y qué tal?»,
-«Muy bien»,
-«Vente conmigo para la cocina que aquí los tienes a los tres».
Cuando Marcos vio aquel escenario sangriento en la cocina no podía creérselo, no podía mediar palabra. No le dio tampoco mucho tiempo a pensar quién había podido hacer algo así porque el joven inmediatamente le propinó un corte en el cuello, completó el cuádruple asesinato allí mismo, donde yacían los cuerpos de Janaína y los dos pequeños, en la cocina.
-«Quería que él viese lo que les había hecho, que fuera consciente y sintiese un dolor profundo», aseguró el joven ante los investigadores según publica La Razón y recoge MiraCorredor.tv.
A partir de ahí su afán era deshacerse de los cuerpos. Comenzó a cortar por la mitad los cadáveres de Janaína y Marcos y decidió embolsarlos a todos, precintar las bolsas y dejarlas apartadas en un rincón. Su obsesión después era limpiarlo todo, dejar la casa reluciente para que no se pudiera encontrar ninguna prueba.
Al terminar su macabro plan, se dio una ducha tan tranquilo y se echó un rato a dormir en la cama del matrimonio, que los investigadores encontraron desecha.
-«No quería matarlos, pero tengo un problema en la cabeza», contó Patrick a la Guardia Civil en presencia de su abogado de oficio.
Ya al día siguiente se marchó de la casa dejando los cuerpos allí, aunque su intención era volver a por ellos, completar su plan y hacerlos desaparecer.
Patrick quería enterrarlos, lo ha confesado, pero no tenía coche, era difícil poder llevárselos de allí sin que nadie lo viera. Por eso esperó. Pasaban los días y los cuerpos empezaron a descomponerse sin que el asesino regresara al lugar del crimen.
El joven llegó a preguntar a sus compañeras de piso en Alcalá, donde se había mudado desde Torrejón de Ardoz tras la marcha de su tío y su familia a Pioz, dónde podía comprar una pala. Un dato que para la investigación ha sido clave. Las chicas, universitarias, se quedaron extrañadas, aunque en ese momento no podían imaginar para qué podía querer una pala.
-«Me puede el instinto asesino. Se me mete dentro y no puedo frenarlo. Me posee una ira incontrolable», fueron las palabras de un joven que llegó a España soñando con ser futbolista profesional, que encontró el cariño de su tío Marcos y su humilde familia en un piso de Torrejón, y que ha regresado a España para huir de una cárcel en Brasil y admitir que pasará a la historia como el autor de uno de los crímenes más cruentos y horripilantes que se recuerdan en España.
-«A partir de ahí juro que tengo un vacío. No me acuerdo de nada. No sé como maté a los niños. Soy incapaz de recordarlo», dijo también a los investigadores, eludiendo ofrecer más detalles sobre qué le llevo a hacer lo que hizo.
Lo más probable es que el joven se sintiese despreciado por su tío tras abandonarlo en Torrejón, él pensaba que se iría a vivir con ellos al chalet de Pioz, pero iban pasando los días y nadie le llamaba, parece que ya no le querían. Eso fue lo que quizá desató su ira, unido a las sospechas que Marcos tenía de que se estaba acostando con su mujer, pero es que además Janaína se sentía acosada, lo que enfadó al padre de la familia hasta el punto de querer poner tierra de por medio y apartarse de Patrick, proteger a los suyos y pasar página.
-«Te vas a tener que buscar la vida», fue lo que le dijo Marcos cuando lo dejaron en el piso de Torrejón.
Ahora, el joven, tendrá que buscarse la vida, sí, pero en prisión, donde ha ingresado en preventivo. Tendrá que permanecer en Alcalá Meco mientras se desarrollen las instrucciones.
Con toda probabilidad, volverá al lugar del crimen para reconstruir los hechos, volverá a pisar esa casa a la que jamás regresó, pero será esposado y en presencia del juez.