Una de las menores se encontraba enferma y ambas llevaban más de diez horas en ayunas
La Policía Municipal de Madrid ha detenido a un matrimonio ecuatoriano por abandonar a sus dos hijas, de cinco y dos años de edad, dentro de su vehículo para acudir a un botellón. Los hechos se produjeron sobre las dos de la madrugada del sábado al domingo en el barrio del Pozo del Tío Raimundo, en Puente de Vallecas, según se ha conocido este martes.
Los agentes acudieron a un aviso por la presencia de un gran número de personas bebiendo en la calle, en la confluencia de Esteban Carros con la calle de Padre Llanos. Una vez allí, procedieron a denunciar a las personas que estaban consumiendo alcohol en la vía pública, entre ellos el padre de las niñas, que después abandonó el lugar.
Además, siguieron a una mujer que iba supuestamente ebria y que estaba cerca de un coche. En el interior comprobaron que había dos niñas pequeñas dormidas y que una de ellas, la más pequeña, no paraba de toser. La mujer trasladó a los policías que las menores estaban a cargo de su marido, pero que en ese momento no sabía dónde estaba.
Además, la madre de las pequeñas explicó que habían ido al hospital porque una de ellas tenía mucha fiebre y que después se dirigieron al botellón. Los agentes solicitaron la presencia del SAMUR para evaluar al estado de las niñas. Los sanitarios comprobaron que una de ellas tenía 40º de fiebre y presentaba un cuadro severo respiratorio.
Ambas fueron trasladadas al Hospital Niño Jesús donde, tras evaluar su estado de salud, el pediatra que las atendió determinó que no podía hacer entrega de las menores a su madre por el grave riesgo que corrían, por lo que fueron derivadas a Servicios Sociales, que ordenó que fueran trasladadas a un centro de acogida. La madre, de 34 años, en ese momento fue detenida.
El padre, de 32 años, fue arrestado al día siguiente cerca de su domicilio en Vallecas, ya que la noche anterior había abandonado el botellón tras ser multado por consumir alcohol en la calle, dejando a las menores en el coche y a la madre sola. Al parecer, no era la primera vez que esto pasaba y las niñas llevaban desde las dos de la tarde en ayunas.
