La prisión de Alcalá-Meco ha abierto un expediente para aclarar si tuvo un trato de favor durante su internamiento
El guardia civil Antonio Manuel Guerrero, condenado a 9 años de prisión por abusos sexuales a una joven en los Sanfermines de 2016 junto al resto de miembros de La Manada, ha dicho que es «totalmente mentira» que fuese suyo un teléfono móvil hallado en la cárcel militar de Alcalá-Meco en la que estuvo en prisión preventiva.
Guerrero ha acudido este lunes, como el resto de condenados, a los juzgados de Sevilla para firmar, en cumplimiento de las medidas cautelares impuestas en el auto de libertad provisional bajo fianza decretado por la Audiencia de Navarra hace un mes.
«Ese no era mi móvil, se ha encontrado después de que yo estuviera en prisión, no tiene nada que ver conmigo», ha asegurado, tras lo cual ha dicho estar «tranquilo» y que nadie se ha puesto en contacto con él por este asunto ni tiene previsto tomar ningún tipo de medida.
El asunto ha motivado, a instancias del Ministerio de Defensa, que la prisión haya abierto un expediente para aclarar si tuvo un móvil en su celda durante su estancia en la cárcel.
Precisamente este lunes un interno que asegura haber compartido pabellón con Antonio Manuel Guerrero en prisión ha detallado en declaraciones a El Programa de Ana Rosa de Telecinco que eran «módulos muy light». «Tienes un gimnasio muy equipado, puedes salir a correr por las instalaciones, puedes tener hasta Internet», ha subrayado.
Segú el reo, Guerrero vivía en un espacio alejado de los presos comunes. «En el centro de Alcalá-Meco los privilegios se ve que son claros».
Asimismo, ha asegurado que, cuando llegó a la cárcel, el guardia civil y otro de los condenados de La Manada se mostraron con una actitud «desafiante y de chulo», pero luego «cuando fue conociendo a lo compañeros, pues se van dando cuenta de dónde están». También ha dicho que Guerrero nunca mencionó nada de lo que ocurrió en los Sanfermines de 2016.
Sobre la posibilidad de haber tenido en su poder un teléfono móvil durante su internamiento, el recluso ha señalado que Guerrero «estaba en contacto en todo momento con el exterior». «De lunes a domingo, incluso comunicaciones de tes o cuatro horas al día, sin tener que pedir una instancia para comunicar nada. Directamente la familia llegaba y se comunicaba con familiares o con amigos», ha explicado, tras añadir que los presos tienen acceso «desde comida hasta aparatos telefónicos» porque es «mu fácil».