Los jóvenes perdieron la vida en un accidente de moto en 2017
Unas 200 motos han rugido este domingo en Daganzo de Arriba para recordar a Rafa, de 24 años, y su novia, Laura, de 18 años, fallecidos en un brutal accidente de moto ocurrido el 8 de enero de 2017 en la carretera M-113, en el termino municipal de Ribatejada. Ella residía en la urbanización Sotolargo de Valdeaveruelo y Rafa, que aquel día conducía la moto, en el municipio de Daganzo.
Amigos, familiares y vecinos se han concentrado a las puertas del Cementerio Municipal para rendir homenaje a los fallecidos y pedir justicia. Los padres de Rafa están convencidos de que un coche, cuyos ocupantes (un hombre y una mujer) son considerados testigos oculares del accidente, fue el causante del siniestro.
La madre de Rafa, Carmen, ha pronunciado un emotivo discurso en el que ha reafirmado «la promesa de que no habrá descanso hasta que nuestra misión de justicia llegue a su fin con los culpables juzgados».
Tras el acto, los motoristas que han querido acompañar a los padres han pasado por delante del punto del accidente donde han lanzado flores escoltados por la Guardia Civil de Tráfico.
Una investigación que no convence a los padres
Aunque en un primer momento la Guardia Civil apuntó que se trataba de una salida de vía, los padres de Rafa quieren que se sepa toda la verdad y no han parado hasta conseguir que se haya reabierto el procedimiento judicial.
El Juzgado de Instrucción Número 4 de Torrejón de Ardoz procedió en su día al archivo del procedimiento penal a la vista de que, según el atestado de la Guardia Civil, los indicios y las mediciones que tuvieron en consideración apuntaban a un exceso de velocidad y a ausencia de pericia del joven.
Con motivo de diversas actuaciones judiciales y no judiciales, por parte de la Guardia Civil se procedió a evaluar de nuevo las circunstancias que rodearon el accidente. El resultado final del informe elaborado por el Grupo de Investigación de Accidentes de Tráfico «descarta mala praxis de los agentes pero detecta errores en la investigación primera, que para ellos no son de relevancia suficiente para modificar sus primeras conclusiones, pero para nosotros ya son un primer paso al reconocer que la primera investigación no fue totalmente acertada, aún constándonos que existen más errores en el primer atestado que no han sido reconocidos en esta segunda instrucción», explica a MiraCorredor el abogado de los padres de Rafa, Francisco Crespo, de Magnum Abogados (Alcalá de Henares).
Una testigo alegó conocer a un testigo presencial que vio como fue el vehículo el que invadió el carril por el que circulaba la moto y, por ende, su posterior caída, por ello se ha reaperturado el procedimiento.
Pero el éxito de la reapertura se ha visto frenado al no presentarse la testigo a ninguna de las dos citaciones judiciales, «motivo por el cual se ha deducido testimonio por un delito de obstrucción a la justicia frente a ella, sin perjuicio de mantenerse su obligación de comparecer como testigo en la causa», señala Crespo.
La familia de Rafa, por su parte, ha mantenido durante este tiempo que «la instrucción se ha hecho en base a suposiciones, que está llena de contradicciones y que se ha tomado como cierto el testimonio de dos personas sin pruebas objetivas que lo avalen, librándolas del control de alcohol y drogas que marca el procedimiento de accidentes, y especialmente cuando hay fallecidos», aunque no pierde la esperanza de encontrar justicia y consuelo al final de esta larga lucha emprendida tras la pérdida de su hijo.