Pretendía fugarse a Argentina pero una conversación indiscreta le truncó los planes
Francisco Rotela es el conductor de 53 años detenido por la Policía Nacional en el aeropuerto de Barajas cuando estaba a punto de despegar el avión en el que pretendía huir del país rumbo a Argentina.
Fue detenido por atropellar mortalmente a Alejandra, la joven de 17 años hallada sin vida en la mañana del lunes en la carretera M-117, a su paso por la localidad madrileña de Fuente el Saz de Jarama, cuando esperaba el autobús que la llevaba cada día al instituto.
Francisco ni siquiera se paró a socorrer a la joven y la dejó agonizando durante casi tres horas, hasta que un conductor la vio en la cuneta y avisó a los servicios de emergencias. La chica no murió en el acto.
El detenido conducía un Mercedes Benz antiguo que dejó abandonado en una calle de la localidad de El Casar (Guadalajara) adonde se dirigía para trabajar la mañana en la que se llevó por delante la vida de Alejandra. Al vehículo le faltaban la parte alta de la parrilla de plástico delantera y el retrovisor, que quedó en el lugar del siniestro.
Tras dejar el coche aparcado y tapar con un plástico la luna destrozada por el impacto, se dirigió, posiblemente en autobús, a Pozuelo de Alarcón donde vivía desde hace algunos años junto con su mujer y su sobrina. Allí, tras comentar por teléfono a alguien lo que había hecho, preparó de forma apresurada el equipaje para huir del país.
Fue precisamente esa conversación telefónica, a modo de confesión, la que le delató. Un vecino escuchó lo que Francisco decía en la puerta de su casa mientras fumaba un cigarrillo y a este vecino le bastó con buscar en Internet las palabras «atropello fuente el saz» para quedarse sin aliento.
Tras comprobar que se trataba de algo muy grave en el que su vecino podría estar implicado, no dudó en dirigirse a comisaría para contar a los agentes lo que había llegado a sus oídos.
La Policía Nacional contactó con la Guardia Civil, que se encontraba intentando localizar el vehículo implicado en el atropello, y una patrulla de la comisaría de Pozuelo se dirigió al domicilio de Francisco. Allí, su sobrina les abrió la puerta y les manifestó que su tío se había ido, muy nervioso, a Barajas para tomar un vuelo a Buenos Aires.
Los agentes se pusieron en contacto con la comisaría del aeropuerto y localizaron al pasajero cuando ya estaba sentado en su asiento, dentro del avión que tenía prevista su salida a las 23.55 horas del lunes.
Se puso en marcha entonces una operación contrarreloj para impedir que el avión despegara. La Policía logró subir al aparato y las azafatas identificaron al pasajero: Francisco, un albañil de 53 años y nacionalidad paraguaya había sido detenido. Se derrumbó y acabó confesando los hechos.