El Seprona de la Guardia Civil realiza una importante operación contra el uso de venenos en el medio natural
El uso de veneno en el medio natural es un delito penado con hasta dos años de prisión que además produce efectos devastadores en los ecosistemas ya que se introduce en la cadena trófica y va afectando a especies muy diferentes.
En España ha venido siendo una práctica habitual para luchar contra los animales que causaban daños en el sector cinegético o en el sector ganadero-agrícola. Sin ir mas mas lejos, hasta finales del siglo pasado existían en nuestro país las Juntas de Extinción de Alimañas que causaron enormes daños a especies protegidas hoy día como el lobo o las aves rapaces.
Por este motivo, cada año la Guardia Civil pone en marcha la Opoeración AntiTox, que en 2018 alcanza su séptima edición.
Esta, se lleva a cabo a lo largo de toda la geografía española y ha contribuido a la disminución del uso del veneno en el medio natural como medio de eliminación de especies, tanto silvestres como domésticas, ya sean predadoras de la caza y el ganado o bien por producir daños a los cultivos.
Hay que recordar que el veneno constituye una de las principales amenazas para la supervivencia de especies como el águila imperial, el buitre negro o el milano real.
Durante el desarrollo de esta operación en la provincia de Guadalajara, el Seprona y la unidad canina de la Guardia Civil especializada en la búsqueda de venenos, han localizado y aprehendido artes prohibidas de caza tales como cepos, jaulas trampa y costillas.
Hoy día la mayoría de los venenos utilizados son insecticidas, raticidas o herbicidas que se pueden encontrar en el mercado, aunque los más utilizados suelen ser sustancias como los carbamatos o los organofosforados que aunque prohibidos, siguen estando en stock entre los agricultores que los utlilizaban.
Estos delitos se desarrollan en escenarios muy remotos y de dificil acceso donde además los autores suelen tener un conocimiento del terreno mejor que los propios investigadores y donde los agentes del Seprona deben poner en funcionamiento una verdadera investigación policial integral con métodos como análisis de ADN, toma de huellas y vestigios o posicionamientos telefónicos, según publica El Heraldo del Henares.