Los hechos ocurrieron en la Base Aérea de Cuatro Vientos
Un militar (cabo primero) se ha sentado este jueves en el banquillo de los acusados por matar supuestamente a un gato de un disparo en 2015 dentro de la Base Aérea de Cuatro Vientos.
El juicio, en el que el acusado ha reconocido que disparó al gato pero que no le dio, ha quedado visto para sentencia.
Los hechos ocurrieron el 25 de septiembre de 2015, cuando el cabo supuestamente disparó y mató a un gato de casi un año de edad, propiedad de un soldado que vivía en las mismas instalaciones, según ha informado la protectora de animales El Refugio, que se ha personado en la causa como acusación popular.
El Refugio pide para el acusado la pena máxima establecida en el Código Penal, que es un año de cárcel, y la inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión u oficio que tenga relación con el cuidado, custodia o compraventa de animales domésticos, durante dos años.
Según la protectora, aquel día, el cabo acusado se encontró a Negrito, el gato de un soldado de la base y, pese a saber que el animal pertenecía a dicho soldado, «sin motivo ni justificación y supuestamente con la única finalidad de acabar con su vida», cogió una carabina de aire comprimido de su propiedad y le disparó «certeramente» ocasionándole la muerte de forma instantánea.
Acto seguido, recogió al gato y lo introdujo en una bolsa de plástico para tirarlo a un contenedor de basuras cercano al lugar de los hechos. Algo que fue observado por el dueño del animal y por otros dos testigos, compañeros todos del acusado, detalla El Refugio.
Cinco días después, dos agentes del Seprona de la Guardia Civil acudieron a la base aérea, desenterraron los restos del gato delante de un subteniente del Ejército del Aire y del denunciante, y se hicieron cargo de su custodia para la posterior necropsia, una tarea de investigación que agradecen desde la protectora.