La empresa presentó un nuevo proyecto de tamaño diferente pero igualmente centrado en el juego, con un único casino, y sin playa
La Comunidad de Madrid ha vuelto a rechazar el proyecto que la multinacional estadounidense Cordish había presentado para levantar en la localidad de Torres de la Alameda un complejo de ocio con hoteles, restaurantes y zonas de juego en un espacio de 120 hectáreas.
El Gobierno regional ha rechazado el proyecto porque «no acredita que produzca un impacto relevante, efectivo y duradero en el desarrollo económico, social y cultural de la región», según ha adelantado ABC y confirman desde la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda.
El nuevo proyecto de Cordish es similar al presentado en 2016 bajo el nombre de Live! Resort y la Comunidad de Madrid lo rechaza con los mismos argumentos con los que fue tumbado dos veces entonces, alegando que no presentaba «un impacto relevante en el desarrollo de la región».

Así iba a ser Live! Resort en Torres de la Alameda.
Tras aquel rechazo, la empresa presentó el año pasado un proyecto de tamaño diferente pero igualmente centrado en el juego, con un único casino de tamaño similar al de Aranjuez y 120 hectáreas de terreno frente a las 700 hectáreas con 6 casinos que se planteaba en el proyecto inicial. En el nuevo se elimina la playa y se habla, eso sí, de un centro de ocio, congresos y convenciones en torno al casino, como ya contamos aquí en MiraCorredor.
En su no inicial el Gobierno regional expuso que no era un desarrollo «multisectorial», sino que solo apostaba por el juego, y todo lo que se pretendía hacer giraba en torno a ese sector. Además determinó que podría conllevar altas cargas para la Administración, sobre todo en materia de infraestructuras y transportes, al no comprometerse la compañía a asumir en este sentido una mayor inversión.
Por otro lado, el Ejecutivo autonómico, presidido entonces por Cristina Cifuentes, defendió que las cifras de visitantes y las previsiones de ingresos y empleo que manejaba la empresa estaban «sobreestimadas», y que no se ofrecían garantías de que el promotor pudiera acometer la totalidad de la inversión.