La esposa del fallecido ha negado que lo sucedido fuera una imprudencia, asegurando que se trató de un «terrible accidente»
La mujer del conductor fallecido en la localidad madrileña de Aldea del Fresno tras ser arrastrado su coche –en en el que viajaba también ella y sus dos hijos, uno de ellos rescatado de un árbol– por la riada provocada por la DANA, ha negado que lo sucedido fuera una imprudencia, asegurando que se trató de un «terrible accidente».
Mónica, en una carta remitida a los medios, ha desmentido las informaciones en las que un bombero forestal manifestaba que había advertido del peligro de transitar por allí con el coche. «Entiendo la necesidad psicológica que esta persona pudiera sentir, ante un suceso así, de desahogarse y describir su propia experiencia», señala.
«Pero la realidad, es que el testimonio erróneo de esta persona y la atrocidad de comentarios que se suceden al respecto nos están causando un sufrimiento extremo y sobre todo están manchando la memoria de Manuel, quien merece ser recordado con respeto y amor», añade la mujer del fallecido.
«Cualquier padre o madre de familia sabe que lo más valioso que tiene en su vida son sus hijos. ¿Cómo cabe pensar que, conscientemente, vamos a poner mínimamente en riesgo su vida?», indica en el escrito, en el que explica cómo fue el viaje la noche que se dirigían a Alcorcón y les pilló la tormenta.
«Salimos una vez las noticias informaban de que había pasado lo peor, sin lluvia y con extrema precaución. Lamentablemente, el viaje se complicó para nosotros y para el resto de los conductores en Aldea del Fresno, cuando las balsas de agua, el desprendimiento de tierra y el ramaje eran más que evidentes en toda la calzada», apunta.
Fue al llegar a la carretera que comunica Aldea del Fresno con Villamanta cuando una furgoneta gris que circulaba en sentido contrario, en dirección a Aldea del Fresno, les indicó que el último tramo de carretera, antes de llegar a Villamanta, estaba inundado y que debían dar la vuelta. «De este modo, regresamos y nos colocamos detrás de él, dirección a Aldea».
«Instantes antes de cruzar, la furgoneta se detuvo a hablar con un vehículo que acababa de cruzar dicho puente. Tras varios segundos de conversación, ambos prosiguieron su marcha, mientras que nosotros, sin saber el contenido de esa conversación y circulando lentamente, nos cruzamos con el vehículo, que en ningún momento nos advierte del peligro», detalla.
«Viendo que la furgoneta proseguía su camino, seguimos conduciendo detrás de ella, entrando ambos en el puente. Instantes después, ambos nos quedamos atrapados ante la fuerte crecida del agua, siendo nuestro vehículo arrastrado por la riada y cayendo fuera de la carretera», continúa la esposa del fallecido.
Por último, subraya que quiere que «no quede la menor duda de que la decisión que, en esos momentos tan complicados tomamos, no fue causa de ninguna imprudencia o desobediencia, sino simplemente un terrible accidente». La mujer también transmite en su escrito su «más profundo agradecimiento por la labor y desmesurado esfuerzo» llevado a cabo por todos los equipos de rescate y los cuerpos de seguridad.
«En ese momento de inmenso dolor, vuestra dedicación y perseverancia nos proporcionaron un rayo de esperanza. Durante toda la semana, la incertidumbre y el dolor han sido insoportables, pero vuestra intervención nos ha brindado un consuelo tremendo. Que podamos despedirnos de Manuel como él se merece es un regalo inmenso que no podremos nunca agradeceros lo suficiente», expresa en la carta.