Biden anuncia sanciones devastadoras y la Unión Europea estudia medidas dirigidas a hundir la economía rusa
Las autoridades de Ucrania han confirmado este jueves la muerte de más de 40 soldados y al menos una decena de civiles a consecuencia de la ofensiva militar lanzada por Rusia contra el país. La gran mayoría de las víctimas son miembros de la Guardia Fronteriza, aunque las autoridades ucranianas han reconocido que hay al menos una decena de civiles muertos en los ataques.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha detallado esta tarde una serie de sanciones «devastadores» contra el Gobierno ruso para limitar su capacidad económica y financiera y su competitividad tecnológica, y ha asegurado que va a ser «una temporada muy fría» para Rusia. «Putin es el agresor, ha elegido esta guerra y ahora él tiene que atender las consecuencias», ha indicado.
Según ha detallado, las nuevas sanciones limitarían la capacidad de Rusia para hacer negocios en dólares, euros, libras y yenes. También ha adelantado que la OTAN se reunirá este viernes para estudiar nuevas medidas. Biden ha reiterado que Estados Unidos no entrará en guerra con Rusia, pero que cumplirá con sus compromisos para defender a los socios de la OTAN si son atacados.
Por su parte, la Unión Europea ultima un paquete de sanciones para responder a la invasión en una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión, que ha comenzado a las 20:00 horas en Bruselas y en la que participa el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que en una declaración institucional ha advertido de las consecuencias económicas de esta guerra para España.
El jefe del Ejecutivo ha calificado la acción de Rusia como «una violación flagrante del derecho internacional» que «no debe quedar impune» y se ha mostrado dispuesto a mantener una postura conjunta «con la Unión Europea». Además, ha informado sobre su comparecencia el próximo miércoles en el Congreso para informar sobre este asunto.
Sobre la mesa de la reunión de los líderes europeos están restricciones a la economía, exportaciones y finanzas rusas así como a la política de visados, y una lista negra de individuos cercanos al Kremlin. La Unión Europea plantea también otras medidas como la prohibición de exportaciones del sector tecnológico, sanciones financieras y restricciones a los visados y el transporte.