Imágenes vía satélite tomadas por Maxar muestran una fosa 20 veces más grande que la de Bucha, según denuncia el alcalde de Mariúpol
El alcalde de la ciudad ucraniana de Mariúpol, Vadym Boychenko, ha denunciado la existencia de una gran fosa común en la que han podido ser enterradas entre 3.000 y 9.000 cadáveres y ha mostrado imágenes tomadas desde un satélite por la empresa tecnológica Maxar como prueba de ello, informa Efe.
El alcalde de esta ciudad portuaria que los rusos dicen haber tomado por completo, ha mostrado estas imágenes en su cuenta de Telegram y ha señalado el parecido de la fosa común con las que se encontraron en Bucha, cerca de Kiev, en las que aparecieron cientos de cadáveres enterrados tras la retirada de las tropas rusas.
«En las fotos tomadas por Maxar el 9 de abril, el sector de la fosa común en Mangush, en el área de Mariúpol, es 20 veces más grande» que la de Bucha, explica el mensaje. Los rusos «cavaron nuevas trincheras y las llenaron de cadáveres a diario durante todo el mes de abril. Nuestras fuentes informan que en tales tumbas los cuerpos se colocan en varias capas», ha asegurado el primer edil.

En el recuadro rojo se ve la posible fosa común captada por un satélite que días atrás no estaba.
Boychenko sostiene que «el mayor crimen de guerra del siglo XXI se ha cometido en Mariúpol». «Este es el nuevo Babyn Yar. Hitler luego mató a judíos, gitanos romaníes y eslavos. Y ahora Putin está destruyendo a los ucranianos». «Ya ha matado a decenas de miles de civiles en Mariúpol. Y esto reclama una fuerte reacción de todo el mundo civilizado. Algo tiene que detener el genocidio», ha dicho el alcalde.
La ciudad, a orillas del mar de Azov, ha sufrido el asedio de las tropas rusas desde el inicio de la invasión ordenada por Moscú el pasado 24 de febrero. Su población, inicialmente de casi medio millón de habitantes, no supera hoy los 100.000 residentes, que viven en unas condiciones infrahumanas en una ciudad destruida por los bombardeos en más de un 80% de su superficie.
Moscú anunció este jueves que se había hecho con el control de esta estratégica ciudad, que sirve de pasillo a sus tropas entre la península de Crimea, tomada en 2014, y el Donbás, una región prorrusa en el este de Ucrania en la que Rusia centra en los últimos días sus bombardeos. Kiev, sin embargo, asegura que los rusos aún no cuentan con el control total de la ciudad.