El doctor Martínez Rubio, de Centro Médico Complutense, participa en un proyecto de la Academia Española de Dermatología para la recogida de datos a nivel nacional
El doctor Jesús Martínez Rubio, especialista en Dermatología en Centro Médico Complutense (Grupo Virtus), participa en un estudio sobre las distintas manifestaciones que el COVID-19 tiene en la piel, en el que «se ha ido comprobando que muchos pacientes positivos en COVID presentan manifestaciones cutáneas, llegando hasta un 20% de todos los ingresados por la enfermedad».
«Lo más común es un exantema maculopapuloso generalizado, con enrojecimiento intenso de la piel, similar al que aparece en otras enfermedades provocadas por virus como el sarampión, ahora mismo casi erradicado por la vacunación obligatoria», explica el especialista.
Martínez Rubio indica que «también aparecen lesiones de urticaria aguda, con sus característicos habones, de poca duración y acompañados de picor; e incluso lesiones vesiculosas, como las que aparecen al inicio de la varicela».
«Junto a estos síntomas inespecíficos, que aparecen en muchas otras infecciones por virus, los dermatólogos hemos ido viendo otro tipo de lesiones más llamativas, generalmente en pacientes jóvenes, muy similares a los sabañones. Estas lesiones aparecen como máculas eritemato-violáceas, a veces algo necróticas o ampollosas, en manos y pies, que pican y generan sensación de quemazón. Estas últimas lesiones están apareciendo en pacientes que no tienen constancia de haber padecido la enfermedad, y pueden ser un marcador de ésta», añade el doctor.

Imágenes: Centro Médico Complutense.
Martínez Rubio señala que la Academia Española de Dermatología ha impulsado un proyecto de Investigación (Covid-piel) para la recogida de datos a nivel nacional, «y somos muchos los dermatólogos que estamos colaborando en su realización».
Según el dermatólogo, «no está claro por qué están apareciendo estas llamativas lesiones cutáneas y se está valorando que tengan que ver con la capacidad protrombótica del virus e incluso con su potencial para atacar las cadenas B-1 de la hemoglobina e inhibir el metabolismo del grupo hemo, lo que puede conducir a un cierto grado de isquemia, como siempre más evidente en territorios dístales».
Para el especialista, «es necesario la valoración de estas lesiones y del estado global del paciente, incluyendo la realización de analítica sanguínea y estudios de coagulación. En la situación actual, la teledermatología ha supuesto una gran ayuda, si bien muchos profesionales hemos mantenido abierta la consulta presencial, con las debidas medidas para evitar la transmisión del virus».
Su consejo a los pacientes, por tanto, es «que no duden en consultar cualquier problema nuevo, o agravamiento de otros ya conocidos, que aparezcan en la piel o mucosas». «La mayoría serán trastornos banales, de fácil solución, pero no debemos dejar pasar, por miedo, problemas más graves, que pueden condicionar nuestra salud a más largo plazo», concluye.