El juez que ha reabierto la causa ha accedido a practicar las primeras diligencias en torno al teléfono de Francisco de Pablo
Un juez de Madrid investigará la desaparición hace casi tres meses de Francisco de Pablo Páez, un joven de 32 que el pasado 21 de marzo salió de su casa de la capital para volver «en una hora», pero del que su familia no ha vuelto a tener noticias.
El titular del Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid, que decretó el sobreseimiento de la causa el pasado 13 de abril, ha admitido en un auto el recurso interpuesto por el abogado colaborador de SOS Desaparecidos Juan Manuel Medina y al que se adhirió la Fiscalía, reabriendo la causa y solicitando las primeras diligencias, han informado a Efe fuentes jurídicas.
La familia de Francisco de Pablo, que salió de su casa de Madrid para encontrarse con una persona, está convencida de que su desaparición no fue voluntaria. «En una hora vuelvo», le dijo a un amigo con el que jugaba a la consola en el domicilio que tenía alquilado en el barrio de Hortaleza.
Francisco salió en torno a las seis de la tarde de ese día de la vivienda en compañía de un segundo amigo. En el portal se separaron y cada uno tomó una dirección. Cinco días después, el hermano de Juana, la madre del desaparecido, le contó que una persona le había comunicado que Francisco se fue el día 21 y no había vuelto a dar señales de vida.
Al día siguiente, el 27 de marzo, Juana acudió a la comisaría de Hortaleza de la Policía Nacional para denunciar la desaparición de su hijo, cuyo teléfono móvil ya había dejado de estar disponible. Precisamente, ahora el juez que ha reabierto la causa ha accedido a practicar las primeras diligencias en torno al teléfono de Francisco de Pablo.
Por petición del abogado Juan Manuel Medina, se dictará una orden para que la compañía telefónica correspondiente aporte un informe con la geolocalización del móvil de Francisco durante las horas clave de su desaparición. Asimismo, el letrado solicitará al juzgado que incorpore a la causa los datos sobre los movimientos bancarios del desaparecido en las fechas posteriores a aquel 21 de marzo.
Tres días después de denunciar la desaparición de su hijo en comisaría, Juana amplió la denuncia por unas informaciones que le aportaron dos amigos de Francisco. Según le relataron, una semana antes le habían acompañado a un domicilio para reclamar a un hombre de un país del este una deuda económica.
En aquella casa se produjo una discusión durante la cual llegaron a amenazar a Francisco, al que advirtieron de que tenían una familia «muy peligrosa» que podía «acabar con su vida».