El pediatra, que admitió los hechos y aceptó dos años de prisión, no podrá ejercer como médico durante dos años
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Badih H. a dos años de prisión por la comisión de un delito continuado de falsedad en concurso con un delito continuado de estafa e inhabilitación especial por tiempo de dos años para ejercer como médico pediatra, según dicta la sentencia a la que ha tenido acceso MiraCorredor.
Por su parte, Alí A. A., ha sido condenado por los mismos delitos a un año y seis meses de prisión.
Los magistrados han aplicado en el fallo de la sentencia las circunstancias atenuantes de reparación del daño, dado que ambos condenados ya han consignado de forma solidaria los 9.811,14 euros de indemnización que corresponden a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid como institución perjudicada, y de dilaciones indebidas en la tramitación del procedimiento.
Tras la vista oral del juicio, el tribunal ha considerado suficientemente probado que Badih prestaba servicios como médico pediatra fijo en el Centro de Salud de la localidad madrileña de Mejorada de Campo y en el período comprendido entre marzo de 2010 y abril de 2012, «obrando con el ánimo de obtener un ilícito beneficio patrimonial», expidió un total de 309 recetas oficiales del modelo P.3/1, denominadas «de pensionistas».
Su objetivo delictivo fue obtener medicamentos, en su mayoría correspondientes a tratamientos para situaciones clínicas propias de la edad adulta (antiparkinsonianos, antidiabéticos, psicótropos y para la osteoporosis postmenopáusica, entre otros), por valor de 9.811,14 euros.
Las recetas fraudulentas fueron facturadas y cobradas a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y atribuidas a pacientes que no han recibido esa medicación por tratarse de menores de edad o terceras personas que no figuraban como usuarios del Centro de Salud donde ejerce de facultativo.
De esas 309 recetas, 198, por un valor de 7.843,53 euros, fueron facturadas a través de la farmacia en la que el condenado Ali A. A. prestaba servicios profesionales como auxiliar junto a su hermano y dueño de la farmacia, Mohamed A. A., que ha sido absuelto.
Durante el juicio, admitió los hechos y aceptó dos años de prisión tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, que en un principio pedía para él cinco años de cárcel por los citados delitos, como adelantó MiraCorredor.
Durante su declaración, el ahora condenado, matizó que lo hizo porque sus familiares en Líbano necesitaban esos medicamentos y «no tenía otro modo de conseguirlos».
No obstante, la resolución de la Audiencia Provincial de Madrid no es firme y contra ella cabe interponer recurso de casación ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la que tiene competencias en asuntos de naturaleza penal.