Un matrimonio marroquí acusa al centro de haber enterrado a su bebé en una fosa sin su consentimiento
Una familia ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 1 de Torrejón de Ardoz la exhumación del cadáver de su hijo, fallecido nada más nacer el pasado 8 de agosto de 2016, para que se le practique la prueba de ADN y les sea entregado el cadáver al no haber estado presentes en el entierro.
La demanda fue presentada el 2 de noviembre y en ella se detalla que el entierro tuvo lugar el 17 de septiembre en el cementerio musulmán de Griñón, sin que los padres, de origen marroquí, «hayan sido notificados del día y hora de dicho acto».
El abogado de la familia ha señalado que «pese a tener todos los datos de identificación de la madre del niño en el Hospital Universitario de Torrejón de Ardoz no les fue notificada la fecha del enterramiento de su hijo».
Según la demanda, el 29 de octubre los padres del niño acudieron al camposanto para «corroborar que su hijo había sido enterrado en una misma fosa con varios féretros».
Allí les entregaron una fotocopia donde, según indican, no constan identificados los padres, en la que se acredita la entrega del cuerpo del niño.
Los padres del menor interpusieron una demanda el 9 de agosto en el Juzgado de Instrucción número 2 de Torrejón de Ardoz contra el hospital solicitando la autopsia del cadáver.
En dicha demanda, los progenitores argumentaban que el niño «nació bien, había tragado algo de líquido y le iban a limpiar», y, dos horas después, les informaron de su fallecimiento.
El Hospital de Torrejón afirma que el juez autorizó el enterramiento tras no poder contactar con los padres en un mes
Por su parte, la dirección del hospital asegura que ha actuado «en todo momento» siguiendo los criterios clínicos y las indicaciones de instancias judiciales.
Tras lamentar el fallecimiento del bebé y ofrecer sus condolencias a los padres por su pérdida, el centro sostiene que ha estado al servicio de los padres en todo momento, con el «máximo nivel de profesionalidad» durante la atención y el «mayor nivel» de transparencia tras la tragedia.
Añade que la atención a la madre y a su bebé se ha ceñido «escrupulosamente a la mejor práctica asistencial» y que ha mantenido a la madre informada de cada uno de los pasos, incluyendo los riegos que se asumía en caso de renunciar a la inducción al parto recomendada por los clínicos.
Asegura que tras el fallecimiento del bebé, el hospital ha tomado todas las decisiones siguiendo el mandato judicial, cumpliendo «de manera minuciosa lo que establece la ley y con transparencia».
El hospital afirma que ha intentado de manera proactiva en varias ocasiones ponerse en comunicación con los padres para informarles de la necesidad de que se hicieran cargo de los restos de su hijo, sin obtener ninguna respuesta, incluyendo el envío de un burofax, intento de comunicación con su abogada y llamadas telefónicas a los propios padres.
«El hospital solo ha procedido al enterramiento de los restos del bebé (más de un mes después de su fallecimiento) de acuerdo a las indicaciones del juzgado y tras haber intentado comunicarse con los padres por todos los medios posibles, sin respuesta alguna por parte de los padres», señala.
La autopsia clínica determinó que la causa del fallecimiento fue aspiración meconial. Del mismo modo la providencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrejón con fecha 18 de agosto (documento remitido por el hospital) en la que se autoriza al centro a llevar a cabo el protocolo hospitalario respecto al cadáver también señala causa accidental.