Un dulce que se ha convertido en todo un símbolo de la localidad
La localidad del sureste madrileño ha acogido este pasado fin de semana la I Feria de la Palmerita y el Dulce.
Una excusa perfecta para conocer sus famosas palmeritas, un dulce made in Morata del que, cada año, se producen más de 60.000 kilos, y que se ha ganado una merecida fama en los últimos años.
Realizadas en hojaldre y con una cobertura de chocolate, las palmeritas de Morata han convertido la localidad en una meca de la repostería a la que, cada fin de semana, llegan decenas de visitantes atraídos por las diversas variedades y estilos de elaborarlas que tienen cada una de las cuatro pastelerías locales.
El alcalde, Ángel Sánchez, destaca que «la palmerita es ya un símbolo de Morata como nuestra Pasión Viviente o la Batalla del Jarama».
Una industria en pleno crecimiento que comenzó hace medio siglo en el obrador de la Pastelería de la Torre y que a lo largo del tiempo se extendió a los hornos de Conejo, Real, Paco-Pan y la Panificadora Morateña.
Las palmeritas son sólo la punta del iceberg de otros productos populares, no menos exquisitos y demandados, como los mantecados, las rosquillas de hojaldre, el hornazo y la torta de Pascua, o las pelotas de fraile, que hacen de Morata un pueblo muy dulce.