Los efectos de la contaminación de Madrid llegan a la comarca, pudiendo afectar a la salud de la población
El ozono troposférico es el contaminante atmosférico que año tras año afecta a más población y territorio en España. Durante 2017, a pesar de la crisis económica, sus niveles se han mantenido en general estacionarios, con alzas y descensos según los territorios.
El informe anual de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2017 a 37,9 millones de personas en toda España, el 81 % de su población, así como a 440.000 kilómetros cuadrados, el 87 % del territorio. Es decir, cuatro de cada cinco españoles han respirado un aire con un nivel de ozono superior al recomendado por la OMS.
Durante 2017, los territorios más afectados por el ozono troposférico han sido Andalucía, Extremadura, la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia y, sobre todo, las Islas Baleares, que han presentado la peor situación a nivel nacional y también la propia desde que se dispone de mediciones de este contaminante.
En cambio, los niveles de ozono han sido más moderados en las comunidades autónomas del Cantábrico, el Valle del Ebro, Castilla y León y Canarias, y también en Castilla-La Mancha, Cataluña y el litoral mediterráneo desde Alicante a Girona.
De acuerdo con los datos de este informe recogidos por MiraCorredor.tv, el cuadro general que presenta la Comunidad de Madrid es el del área metropolitana de la ciudad de Madrid y las ciudades ubicadas en el Corredor del Henares y la zona Urbana Sur, como los principales focos de contaminantes precursores del ozono, debido al elevado tráfico rodado que circula diariamente por los corredores de acceso y salida de la capital, así como el intenso tráfico que tiene lugar en su interior.
La contaminación generada en el área metropolitana de Madrid se extiende por todo el territorio madrileño, dando lugar a la formación de ozono troposférico que incide muy negativamente durante los meses estivales en zonas tan alejadas como la Sierra Norte, la Cuenca del Alberche o la Cuenca del Tajuña; lugares por otro lado elegidos por muchos madrileños para pasar los fines de semana y periodos vacacionales.
Como consecuencia, toda la población madrileña respira un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS y la legislación vigente.
Además, las estaciones de Azuqueca y Guadalajara en el Corredor del Henares han sufrido una treintena de superaciones del umbral de información a la población, en diversos episodios de alta contaminación, como también se han disparado notablemente los niveles en la zona de Alcalá, Alcobendas o Algete, registrando el doble que en 2016.
La contaminación emitida desde el Corredor del Henares y desde la Comunidad de Madrid se extiende por el resto de la provincia de Guadalajara en la forma de ozono troposférico, afectando a lugares alejados de estos focos de emisión, como las zonas rurales del interior, especialmente a sotavento de los grandes focos emisores de los contaminantes precursores del ozono.
Para Ecologistas en Acción, la contaminación por ozono debería abordarse como un problema sanitario de primer orden, al tener en cuenta las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente que arrojan unos datos escalofriantes: en 2014 se registraron 1.600 muertes prematuras en el Estado español por la exposición a niveles de contaminación por ozono como los registrados en la mayor parte del territorio durante 2017.
Las personas más afectadas son las niñas y los niños, las personas mayores, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares crónicas.