El hombre sufría depresión y se encontraba destrozado tras la sentencia que condena a 8 años al conductor responsable de la muerte de su hijo
El padre del joven al que un kamikaze segó la vida en la M-50, el 15 de septiembre de 2019, se ha suicidado en Rivas Vaciamadrid, localidad en la que vive la familia. Según ha adelantado El Español, se ahorcó el pasado martes en una cancha de baloncesto de la localidad.
Francisco López sufría depresión al no haber podido superar la muerte de su hijo Víctor, de 20 años de edad, un año después de haber perdido a otro hijo, Roberto, y se sentía impotente tras conocer la sentencia que condena al responsable a sólo 8 años de prisión, como contamos aquí en MiraCorredor.
«Cuando salió la sentencia estaba destrozado», cuenta al citado diario un miembro cercano de la familia. «Estaba con tratamiento psicológico, y su mujer igual». El responsable de la muerte de Victor iba borracho cuando embistió su coche. El joven de Rivas se dirigía a su trabajo. Era su primer día.
El pasado mes de octubre la Audiencia Provincial de Madrid condenó al conductor kamikaze, de origen asiático, a 8 años de prisión tras ser declarado culpable por el jurado popular de un delito de homicidio doloso al ser «plenamente consciente» de su conducta.
Kevin C. B. fue condenado por un delito de conducción con manifiesto desprecio por la vida de los demás y por un delito de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas en concurso con un delito de homicidio, con la atenuante de reparación del daño.
La sentencia, ademas, priva al condenado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante nueve años, con pérdida de la vigencia del permiso reconducir. Y en concepto de responsabilidad civil, le impone indemnizaciones de 100.000 euros al padre, 110.000 a la madre y 100.00 a la novia del joven.
En el juicio, el joven condenado por causar la muerte de Victor conduciendo en sentido contrario y bajo los efectos del alcohol, pidió perdón a la familia y dijo sentirse arrepentido. Durante la vista, declaró que no recordaba haber bebido ni haber cogido el coche aquella noche y manifestó que asumía su «error».
El caso causó gran conmoción en la Comunidad de Madrid y tuvo gran repercusión al tratarse de la primera vez en la región que un conductor kamikaze se sentaba en el banquillo por causar la muerte de otro conductor.