Por la presunta comisión de un delito de simulación de delito
El Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid ha abierto diligencias previas contra el joven de 20 años que denunció una agresión homófoba en el barrio de Malasaña que después resultó ser falsa, por la presunta comisión de un delito de simulación de delito, que implica multa de entre seis y doce meses, han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La apertura de diligencias previas se produce tras recibir el instructor el atestado policial con los datos aportados tras confesar el chico que había falseado su testimonio para evitar que su pareja descubriera una infidelidad. Este mismo juez ya abrió diligencias cuando recibió el parte de lesiones de la supuesta agresión que aseguraba haber sufrido el denunciante.
El caso dio un giro por completo después de que la falsa víctima confesara a la Policía que interpuso una denuncia simulada a instancias de su novio, que desconocía lo ocurrido, y para ocultarle que las laceraciones que tenía en el glúteo fueron consentidas mientras mantenía una relación sexual con otras dos personas.
Los agentes iniciaron una investigación, que consistió en revisar las cámaras de seguridad de la zona donde supuestamente ocurrieron los hechos, pero en ninguna encontraron a los supuestos encapuchados que dijo le habían abordado a plena luz del día. En las imágenes, solo se veía al denunciante, el domingo a las 17 horas, entrando tranquilamente en su casa.
Tampoco habían ni oído nada vecinos ni comerciales de la zona. Ni la vecina del bajo ni la del primero oyeron ni vieron nada raro esa día. ntonces, los investigadores analizaron el móvil y las redes sociales del denunciante, y comprobaron que ese día había quedado para practicar sexo masoquista con otras dos personas.
Ante ello, y las contradicciones de la denuncia inicial, los policías llamaron de nuevo a la supuesta víctima para cotejar que lo ya investigado «no cuadraba» con lo que les contaba. En ese momento, el joven se derrumbó y admitió que la historia «se le había ido de las manos», y que se lo inventó todo para ocultarle una indefinida a su pareja.