Minuto de silencio con ovación para denunciar el asesinato machista de una vecina
Los vecinos de Arganda del Rey han mostrado su repulsa al asesinato machista de una vecina con una concentración en la que se ha guardado silencio y ha terminado con una gran ovación en recuerdo de la víctima.
Con un cerrado aplauso han finalizado los tres minutos de silencio, en repulsa por el asesinato machista acaecido en el municipio. Presentes toda la Corporación Municipal encabezada por el Alcalde @GuillermoHita, y numerosos vecinos y vecinas de #Arganda pic.twitter.com/n7gZ4bxd1j
— Arganda del Rey (@Arganda_Ayto) 22 de octubre de 2018
Además, el Pleno del Ayuntamiento ha aprobado una Declaración Institucional en la que los grupos políticos representados expresan su «más enérgica repulsa ante cualquier manifestación de violencia machista hacia las mujeres, ya sea atentando a su integridad física, psicológica y/o social».
«Nos duele y nos indigna cuando conocemos que una mujer ha sido asesinada, pero ese dolor e indignación seacentúa cuando se produce cerca de donde vivimos. Esto no debe llevarnos al abatimiento ni al desaliento, por muy grande que sea la tristeza que nos produce, que otra mujer haya muerto a manos de su pareja y que esa mujer viviera entre nosotros y nosotras, sino que debemos permanecer firmes en nuestro propósito de seguir trabajando desde lasinstituciones y con el apoyo de la ciudadanía, para conseguir eliminar de nuestra sociedad cualquier atisbo, por mínimo que sea, de violencia machista en cualquiera de sus manifestaciones», reza dicha Declaración, en la que se pide «políticas efectivas contra los maltratadores».
Por otro lado, la Comunidad de Madrid ha anunciado que se personará en el caso como acusación particular. En lo que va de año, cuatro mujeres han muerto víctimas de violencia de género en la región. Desde enero de 2016, la Consejería de Políticas Sociales y Familia, se ha personado como acusación popular en 34 casos.
El caso de María José, de 67 años, ha estremecido a los vecinos de la localidad, que no la conocían mucho porque se había mudado a vivir a Arganda hace un año, pero que han sentido su muerte por la ola de colaboración ciudadana alentada por su familia en las redes sociales, donde su imagen se había compartido en los últimos días con la esperanza de poder encontrarla con vida, sin saber nadie que su marido, de 70 años, ya la había asesinado.
En este caso no existían denuncias previas ni orden de alejamiento. Sólo se sabe, porque así lo expresó su nieto en declaraciones a MiraCorredor, que María José sufría depresión: «Mi abuela sufre depresión y cuando le da el bajón es una bomba de relojería, pero nunca antes había pasado algo así».
Su cuerpo apareció atado de pies y manos, con una bolsa de plástico en la cabeza y un precinto en la boca en un pantano de Córdoba, cerca de la localidad de Montoro, de donde es natural su marido. Allí arrojó el cadáver, y se hizo 349 kilómetros hasta Arganda para denunciar su desaparición. Nadie en su entorno sospechaba del abuelo, aunque la Guardia Civil lo puso, desde el principio, en el centro de la investigación.
Una semana después, el pasado viernes, el cuerpo apareció y, horas más tarde, el hombre se personó en el cuartel de la Guardia Civil de Arganda para confesar que la había matado.
A partir de ahí se cotejaron los datos aportados por el detenido con el cuerpo y las pruebas forenses realizadas y todo coincidía. Después se ha sabado, según ha avanzado Telemadrid, que la mujer murió a martillazos en la casa que compartía con su marido en la calle San San Juan de Arganda.
El asesino confeso ya se encuentra en prisión provisional en Estremera tras dejar a una familia destrozada que nunca entenderá por qué lo hizo.