Podrán observarse desde las 22 horas en toda España
La lluvia de meteoros de las Perseidas, que sucede todos los años hacia el 12 de agosto, tendrá su pico de actividad desde las 22 horas de este domingo 12 hasta las 10.00 horas del lunes 13 (horas oficiales de la Península).
Según informa el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), este 2018 será un año excelente para poder apreciar este fenómeno porque habrá Luna nueva el 11 de agosto.
Las Perseidas (también denominadas lágrimas de San Lorenzo por la proximidad de su máximo al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre) son visibles desde todo el hemisferio norte en pleno verano. Por tanto, se pueden ver perfectamente desde España.
Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora. Aunque su momento de máxima actividad suele tener lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto.
No obstante, el número de meteoros observables por hora es muy variable. En un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte puede superar el centenar. Sin embargo, el número de meteoros observados por hora puede variar muy rápidamente según varía la densidad de fragmentos en la estela del cometa.
Las lluvias de estrellas se producen cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo un efecto luminoso: los meteoros.
Estos fenómenos se pueden prever con antelación, ya que todos los años la Tierra en su camino alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de varios cometas, en este caso el 109P/Swift-Tuttle.
Cada año a principios de agosto nuestro planeta cruza la órbita de este cometa, que pasó cerca del Sol por última vez en 1992; su órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena.
Cuando se cruzan con nuestro planeta impactan contra la atmósfera; el choque produce, en estos minúsculos fragmentos, un aumento de temperatura de hasta cinco mil grados en una fracción de segundo, lo que hace que se desintegren y emitan un destello de luz, meteoro o estrella fugaz (las partículas más grandes pueden producir estrellas fugaces mucho más brillantes que se llaman bólidos), según informa el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA).